Hallan ciento treinta y un genes bacterianos que confieren resistencia a antibióticos en un área remota del Ártico. Entre ellos, uno se encontró por primera vez en la India, por lo que ha debido de viajar aproximadamente trece mil kilómetros.
El abuso de los antibióticos nos va a salir caro. No solo se trata de que las bacterias que nos atacan se vuelven más resistentes a ellos, sino que esta resistencia se está expandiendo por todo el planeta, hasta lugares tan prístinos como el Ártico. Un nuevo estudio publicado este lunes 28 de enero en la revista Environment International describe el hallazgo de ciento treinta y un genes de resistencia a antibióticos en la isla de Spitsbergen, la isla más grande del archipiélago de Svalbard.
Para que os hagáis una idea de la gravedad del asunto, uno de los genes encontrados es blaNDM-1. Las bacterias que portan este gen son resistentes a muchos fármacos, entre ellos los carbapenemas, los antibióticos que se suelen recetar cuando todo lo demás falla. La primera vez que se encontró fue en 2008, en clínicas de la India. ¡India! ¡A casi trece mil kilómetros de distancia del lugar donde se han localizado ahora! Por no hablar de que también se ha detectado en otros cien países, y con variaciones.
Los autores del estudio, investigadores de la Universidad de Newcastle, sugieren que estos genes han debido aterrizar en suelo ártico a través de las heces de las aves migratorias, otros animales y humanos que visitan la zona.
Está claro que es un problema global. Mientras que las bacterias pueden fácilmente adaptarse para sobrevivir frente a los fármacos que amenazan su supervivencia, se desarrollan muy pocos antibióticos nuevos porque no sale rentable para la industria. Este trabajo demuestra que la expansión de las superbacterias no tiene límites y que es importante concienciarnos del peligro que supone abusar de estos medicamentos.
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