Brujas, diosas y científicas

Portada móvil

«…aquellas mujeres,
nuestras antepasadas,
millones,
cuyos nombres no conocemos,
fueron torturadas y quemadas como brujas».

Adrienne Rich

TEXTO POR MARÍA PENALVA
ILUSTRADO POR MARÍA PENALVA
MUJERES DE CIENCIA
BRUJAS | CIENCIA | MUJER
8 de Marzo de 2019

Tiempo medio de lectura (minutos)

Cuando pensamos en brujas normalmente lo asociamos al término caza de brujas y enseguida nos viene a la memoria los famosos procesos judiciales, por no llamarlos asesinatos en masa, de Salem, Zugarramurdi o Yorkshire. Asociamos la caza de brujas con hechos ocurridos en algunos casos hace más de quinientos años. Sin embargo, esa localización temporal remota que asumimos no es cierta.

Hoy en día estamos viviendo, de forma generalizada tanto en redes sociales como en prensa escrita, un auténtico ataque, metafórico y político, contra los grupos de mujeres feministas que reivindican sus derechos: ahora, las mujeres que no comulgan con los deseos de una parte de la sociedad más recalcitrante y misógina, no son solo brujas, sino también Feminazis (términos alternativos, copulatorios y sobre todo insultantes).

Pensamos que solo se nos ataca desde la ideología, la violencia de género y el machismo, pero no es así. Actualmente se nos sigue asesinando por ser brujas. Y no lo digo yo, lo dicen los hechos: el año pasado en Tanzania ajusticiaron a 479 mujeres acusadas de practicar la brujería. En China, actualmente, las brujas son mujeres (familias enteras) que no se avienen a las normas establecidas. Y no son asesinadas, pero sí discriminadas y excluidas de las relaciones vecinales de forma hereditaria y familiar.

Reflexionando sobre estos ejemplos, podemos pensar que estas situaciones existen solo porque suceden en territorios marginales donde sobreviven tradiciones ancestrales. Dudo que Estados Unidos tenga tradiciones ancestrales, más que nada porque tiene un pasado histórico relativamente joven comparado con la vieja Europa y sin embargo, uno de los casos más sangrantes ocurre en su frontera con México. Allí, las mujeres son esclavizadas, no solo en el trabajo sino a nivel personal, y la que decide escapar y no seguir la norma impuesta es castigada de forma brutal con violencia, violación y aniquilación para dar ejemplo al resto de mujeres. A veces sus cuerpos no aparecen y cuando lo hacen están desmembrados tirados en basureros, con toda la violencia y el menosprecio posible a su condición de mujer. Y lo peor, no hay justicia y no hay culpables.

Otro pensamiento compartido y generalizado en la sociedad contemporánea cuando hablamos de brujas son las que aparecen en ficciones visuales y literarias que han crecido con nosotros: la madrasta de Blancanieves, la bruja de Hansel y Gretel, Úrsula de La Sirenita o incluso Maléfica, si eres tan joven como para que sea un referente. No solo de cuentos viene esta herencia, porque si has pasado por la asignatura de Literatura Española, también pensarás en La Celestina. Es decir, pensamos en personajes de ficción donde la bruja es perversa, vieja, fea y tiene malas intenciones, no solo con los hombres sino también con las mujeres (divide y vencerás). La imagen de la bruja que persiste en nuestro corazón es la de una mujer que no se adapta a las normas sociales convencionales y que en esencia es mala para la sociedad. Es la imagen heredada de antiguas sociedades heteropatriarcales.

Sin embargo, muy poca gente piensa en brujas reales, las que han sido quemadas, ahogadas o asesinadas durante toda la historia de la civilización. Sobre todo a partir del medievo y hasta nuestros días, de forma literal o metafórica. Incluso, podemos ir un paso más allá y recordar los asesinatos de las catorce mujeres de Salem acusadas de contacto demoniaco y condenadas a morir ahorcadas. Pero, ¿dónde se originó este temor a las brujas? ¿Cuándo empezó el temor a la mujer con conocimientos, empoderada y que resistía a la opresión de un sistema heteropatriarcal? ¿Qué originó la figura de la bruja y por qué le tenemos miedo? ¿Es normal conservar hoy en día un temor que antaño se podía justificar por el miedo atávico de los varones griegos a lo desconocido, es decir, a la mujer y su cuerpo?

Es importante reflexionar sobre que este saber heredado y peyorativo es originario de la mitología grecolatina, cuna de la civilización occidental, pero sin olvidar que ha sido transmitido por un sistema patriarcal, donde cualquier mujer que se saliera de la norma convencional dictada por los hombres era temida. Y tanto sus saberes como sus conocimientos eran atribuidos a la magia, al contrario que los saberes masculinos. Cuando la realidad es que eran y son mujeres con conocimientos de botánica, medicina o de control de natalidad, entre otras muchas capacidades intelectuales: esas mujeres antiguas estaban empoderadas, vivían solas, aisladas de la sociedad y ayudaban, sobre todo, a otras mujeres a tener el control de su cuerpo y su vida.

Parece que estamos hablando de los tiempos de Maricastaña, pero no es así. Como hemos visto, la caza de brujas es un problema que existe hoy en día. Como muestra, dentro de la religión Wicca existen dos ramas principales donde se adoran a Diana y Hécate, brujas diosas originarias de la mitología grecolatina y figuras clave de una religión que cada vez tiene más adeptos. Y a pesar de esa actualidad, las brujas diosas mitológicas son las grandes olvidadas de nuestro imaginario colectivo. Todos recordamos los juicios de las brujas de Salem que han llegado a nosotros, tanto desde la literatura, el cine e incluso la radio. Pero, ¿alguien podría contar la historia de Hécate, de Dido o de Circe desde una perspectiva de género y ciencia? Me parece improbable. Y, sin embargo, ellas fueron las brujas primigenias en la mitología grecolatina.

De ahí que me proponga compartir con vosotros, a través de una serie de ilustraciones y textos más cercanos a la literatura que a la investigación, quiénes fueron estas brujas diosas primigenias, origen de la figura de la bruja que ha sobrevivido hasta nuestros días. Y lo haré deconstruyendo las teorías peyorativas heredadas de un sistema heteropatriarcal para crear un nuevo imaginario de diosas brujas desde una perspectiva literaria de género y ciencia. Pues, al fin y al cabo, esas mujeres, diosas y brujas, fueron el origen de las primeras mujeres feministas y científicas de nuestra civilización.

¿Y qué mejor día que hoy, 8 de marzo, día internacional de la Mujer, para empezar a reflexionar sobre estas mujeres diosas, brujas y científicas?

...

Puedes visitar la exposición de la autora #Furias y Benefactoras en la sala Pablo Lau de Sant Joan d’Alacant o acceder a su catálogo digital

 

Bibliografía:

Las brujas y su mundo. Un estudio antropológico de la sociedad en una época oscura. Caro Baroja, J. Alianza/Ediciones del Prado, 1993.

El gran libro de la mitología griega. Hard, R. La esfera de los libros. 2008

Calibán y la bruja. Mujeres, Cuerpo y acumulación Originaria. Federicci, S. Traficantes de Sueños. 2010

¡Por brujas! Saberes y poderes. Elisa Garrido. Principia Magazine. Temporada 4. Episodio 1.

Artículos online consultados:

La cacería de brujas del Siglo XXI: ‘ideología de género’ y ‘feminazis’Plumas Atómicas, 13 de noviembre de 2018, https://plumasatomicas.com/opinion/la-caceria-de-brujas-del-siglo-xxi-ideologia-de-genero-y-feminazis/. Accedido 15 de febrero de 2019.

«Silvia Federici: Vivimos una nueva caza de brujaswww.elsaltodiario.com, https://www.elsaltodiario.com/feminismos/silvia-federici-entrevista-vivimos-una-nueva-caza-de-brujas. Accedido 18 de febrero de 2019.

¿Por qué se acusa de brujería a las mujeres? Un estudio en la China rural da la claveEl País, 3 de febrero de 2018. elpais.com, https://elpais.com/elpais/2018/01/15/ciencia/1516008282_014622.html. Accedido 17 de febrero de 2019.

Deja tu comentario!