Soy una persona con un grave déficit de atención. Me cuesta centrarme, me lo dicen siempre. Esto genera, a su vez, una incapacidad terrible para retener datos. Fechas, nombres, hechos, lugares, fórmulas, taxonomías, rutas metabólicas… todo se esfuma cuando intento encontrarlo. Pero al leer el cómic Lorca: un poeta en Nueva York (Panini comics, 2016), retuve sin querer innumerables datos sobre el poeta. Al leer Monet, nómada de la luz (Norma Editorial, 2017), absorbí la esencia del pintor y me quedé con muchas de sus cualidades como artista y defectos como ser humano.  Y ahora llega un cómic sobre Hedy Lamarr, una figura de la que había leído algo pero que nunca llegué a interiorizar. Objetivo Hedy Lamarr (Grafito Editorial, 2019), dibujado por Ángel Muñoz y con el color de Abel Pajares, es una aventura, un thriller de espionaje, una peli de acción y una obra de ritmo calculado al milímetro para que sea cuestión de un café con leche un sábado por la mañana. Pero sin darte cuenta, insisto, repito, sin darte cuenta, y vuelvo a incidir en esto, ¡sin darte cuenta!, aprendes. Aprendes quién y por qué fue Hedy. Y me resulta maravillosa esta cualidad del cómic que, para mentes caóticas como la mía, puede resultar realmente necesaria (¡tomad nota, profes!)

Desde Principia hemos querido hablar con el hilador de esta historia, el guionista Ricardo Vílbor. Su investigación y preparación del personaje ha sido intensa, así que queremos saber más sobre la ciencia tras la actriz:

Ricardo, ¿por qué es apasionante Hedy Lamarr?

La pregunta es: ¿cómo puede no serlo? Fue una mujer apasionante, alguien que vivió muchas vidas, que consiguió casi cuanto se propuso (actriz, inventora, famosa, madre…), pero que murió apartada de todos. No diría que olvidada, pero sí poco reconocida.

Sin duda, Hedy Lamarr era una mujer polifacética, eso ya lo sabemos, pero, tras tu investigación, ¿crees que se la podría considerar más científica o más actriz? Hedy

Lamarr nunca se puso límites ni etiquetas, así que no seré yo quien se las ponga, . Por lo que he podido averiguar, ella se consideraba una persona creativa y curiosa. Desde muy pequeña, y gracias a su padre, mostró interés por el funcionamiento de artilugios mecánicos como cajas de música o por las radios. Según esto, si tuviese que decidirme por una sola de sus facetas, diría que ella fue, desde siempre, inventora.

No seremos tampoco nosotros quienes pongamos límites a la cualidades de Hedy Lamarr. De ahí que nos surja la siguiente pregunta: ¿crees que podía existir la actriz sin la científica o la científica sin la actriz?

Su trabajo como actriz le otorgó reconocimiento y prestigio lo que le permitió codearse con personas influyentes en muchos campos. Así conoció a George Antheil (con el que creó su famoso invento) y a Howard Hughes, para quien remodeló la aerodinámica de sus aviones, así que ambas facetas se retroalimentaron. La base de Hedy, para mí, es la creatividad y la curiosidad, cualidades necesarias tanto para el arte dramático como para la ciencia. 

Quizás Hedy Lamarr sea más conocida en el mundo del celuloide por haber sido la primera actriz en mostrar un desnudo integral en la pantalla, pero ¿qué clase de científica era Lamarr?

Aunque comenzó estudios en ingeniería de telecomunicaciones, los abandonó sintiendo mayor interés por el mundo artístico. Esto la convirtió en una inventora autodidacta, muy preocupada por mejorar el mundo y todo lo que la rodeaba. Suplía las carencias de no haber terminado su formación académica superior con una grandísima inteligencia, ansias de saber y genialidad.

Ahora, centrándonos en el cómic, la historia de espionaje gira en torno a su invención más popular, la técnica de transmisión de espectro ensanchado”, pero sus aportaciones fueron más allá, ¿verdad? ¿Qué otras aportaciones hizo Hedy Lamarr a la ciencia?

Leí bastante sobre el espectro ensanchado, sus aplicaciones y su trascendencia. Tenía que interiorizarlo bien, pues debía sintetizarlo en unas pocas viñetas de la manera más simple posible. Al hacerlo me di cuenta de la genialidad del invento. Parece tan sencillo… Pero aunque éste fuera el que más impacto causó, patentó decenas de inventos. Inventos suyos como un nuevo semáforo o refrescos carbonatados en pastilla no tuvieron el mismo éxito sin embargo.

También es cierto que Hedy Lamarr tenía un lado menos conocido. Háblanos un poco de este mundo oculto de la inventora.

En el documental Bombshell, su hijo, Anthony Loder, cuenta que su madre en los años cincuenta era una montaña rusa de emociones, capaz de ir de la ira a la sonrisa en un santiamén. Explica que una vez lo abofeteó por una nimiedad y que ello se debía al consumo de pastillas. Los grandes estudios explotaban a las actrices, que rodaban seis días a la semana, y las atiborraban a píldoras para despertarlas, activarlas, dormirlas… También adoptó a un hijo al que luego rechazó, la pillaron robando dos veces… Como digo en el epílogo, Hedy no fue perfecta ni falta que le hacía. Fue humana y compleja. 

¿Trabajarás en más historias sobre científicas? En esta revista sabemos a ciencia cierta que tendrías material para muchos guiones…

Me encantaría, pero nunca haré biografías, pues es un género que me encanta como lector pero no como escritor. Si tienes alguna idea, estoy abierto a sugerencias, je je.

¿Algo que añadir para terminar?

Solo que me alegro de que se reivindique a Hedy Lamarr y sus inventos, que ya era hora. Lo que no me gustaría es que nadie (políticos, ideólogos varios…) se intentase apropiar de su imagen o que instrumentalizasen su figura, que la convirtiesen en un arma arrojadiza. Hedy Lamarr es una figura universal; fue una persona creativa, genial, falible, humana… pero siempre trató de mejorar el mundo. Siempre. Y eso es más de lo que muchos pueden decir.

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