Muchas son las causas de este descenso, pero nos atreveríamos a decir que una de ellas es que la enseñanza de las materias científicas, especialmente las relacionadas con matemáticas, se han quedado ancladas en una metodología anticuada que se viene perpetuando durante décadas. Si bien esta metodología nunca resultó excesivamente atractiva para la mayoría de los estudiantes, en estos tiempos están claramente alejadas de los jóvenes que se mueven en un mundo donde la imagen, por un lado, y la componente práctica, por otro, forman parte de su vida diaria.  Debido, paradójicamente, al uso constante de una tecnología cuya utilización les resulta muy atractiva, pero cuyas bases teóricas, tal y como se las vienen contando, no enganchan con su manera de percibir el mundo.

Por otro lado, en los últimos años existe una tendencia hacia la introducción del cómic en la educación motivada por el hecho ya comentado de que, hoy en día, las imágenes prevalecen en casi todos los medios a los que los jóvenes tienen acceso o en los que interactúan. Parece que es necesario, entonces, introducir ese componente visual en el sistema educativo, y muchos educadores han encontrado en el cómic un medio ideal para transmitir ideas, ya que permite la imagen como una forma fundamental para la comunicación. Sin embargo, pese a la utilidad del cómic ya demostrada para el fomento de la lectura, la enseñanza de idiomas o materias como la historia o, incluso, algunas científicas, como la biología, cuando nos encontramos con las matemáticas, de nuevo nos topamos con la metodología tradicional que se basa en la resolución de problemas que pocas veces significan algo para el alumno.

La enseñanza de las materias científicas, especialmente las relacionadas con matemáticas, se han quedado ancladas en una metodología anticuada que se viene perpetuando durante décadas.

Ante esta problemática, iniciativas como la colección Mamut listo son fundamentales si queremos revertir la situación. Como bien se dice en la contraportada de los ejemplares de esta colección: «Mamut listo es una colección de cómics sobre ciencia y científicos ¡porque sin ellos la vida sería diferente!». Se trata de cómics dirigidos a niños, con el objetivo claro de mostrar la importancia de la labor del científico en la constitución de la sociedad tal y como la conocemos. Pero, además, de forma atractiva, rompiendo esa imagen estereotipada de los grandes genios como personas ajenas a la sociedad, relacionando siempre la labor realizada por los grandes personajes de la ciencia con la sociedad de su tiempo y también con la de nuestro tiempo, mostrando que los científicos también pueden ser héroes y, por tanto, pueden ser esa imagen en la que los jóvenes de hoy en día se pueden identificar.

Una cuestión importante alrededor de Mamut listo es que, aunque se marca como objetivo narrar la vida de científicos insignes, hasta ahora se ha centrado en contar los logros de dos matemáticos ilustres de dos épocas muy diferentes; Gauss, por un lado, y Arquímedes, por otro. Esto proporciona un valor especial a estos cómics, ya que permiten romper barreras en la enseñanza de una materia lamentablemente tan poco atractiva para el público general como las matemáticas.

 Por un lado, tenemos la biografía del matemático contada de una manera atractiva y, sobre todo, destacando la importancia de sus hallazgos para el desarrollo de la sociedad tal y como la conocemos. Pero, por otro, al final de cada historia hay una serie de actividades que permiten introducir ciertos conceptos matemáticos de una forma visual y atractiva y, lo que es muy importante, ligada a la biografía antes mostrada. De esta forma, se consigue romper una de las barreras que alejan a los estudiantes de los conceptos mostrados en la pizarra en la clase de matemáticas y es el hecho de que no encuentran la aplicación de los problemas que se les plantean y, sobre todo, les resultan de una enorme abstracción para una generación que está manejando problemas concretos en su actividad diaria. Las actividades planteadas relacionadas con los números triangulares en el caso de Gauss o con los números primos en el caso de Arquímedes, se plantean de forma concreta, visual y apoyada por la aplicación mostrada en la parte biográfica lo que consigue que el lector pueda afrontarlas como un juego. Y esa es una de las barreras que se deben romper. Si se pierde el carácter lúdico de la ciencia, se perderá al potencial estudiante, como ya está sucediendo. Cómics como estos pueden suponer una ayuda para recuperar esta componente de diversión que la ciencia y las matemáticas que puede ayudar a despertar nuevas vocaciones en estos campos.