Brujas, diosas y científicas II

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¡Eres bruja siendo mujer insumisa, furiosa, feliz e inmortal!

W.I.T.C.H.
Grupo artístico, político y feminista (1968).
Traducción del acrónimo: Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno

 

TEXTO POR MARÍA PENALVA
ILUSTRADO POR MARÍA PENALVA
ARTÍCULOS
BRUJAS | MUJERES DE CIENCIA | W.I.T.C.H
5 de Septiembre de 2019

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Bruja, ¿qué cxñx es eso?  

Como decíamos en el primer artículo de esta serie, las brujas son figuras actuales en nuestra sociedad, ¿pero qué sabemos realmente de ellas?

Lo básico en una búsqueda de conocimiento es empezar consultando un diccionario. Según el diccionario de la RAE, el término de brujo/a nos informa que, para ambos géneros, este término define a una persona que tiene poderes mágicos, pero solo en el caso de la bruja (mujer) se adjetiva a la persona en peyorativo: fea, malvada o repulsiva. Y esa es la representación de la figura de la bruja que todos conocemos actualmente. Y la reconocemos encarnada en la malvada bruja de los cuentos clásicos y ampliada hasta el arquetipo de la mujer hechicera, que es aquella que intenta conseguir el amor de un hombre mediante el uso de filtros, pociones o encantamientos, y no lo consigue.

Esta definición incompleta y un poco sesgada que sostiene el diccionario de la lengua española, me plantea la posibilidad de sugerir a la RAE, desde la más absoluta humildad, que complete y/o amplíe algunas acepciones de este manual de consulta. Sobre todo, las que plantean una discriminación de género.

En este caso, no estaría de más que se ampliara el significado del término bruja, incluso se podría proponer a la RAE otras acepciones más positivas respecto a la mujer, como, por ejemplo:

«Mujer que escapa de los modelos de feminidad hegemónicos y heteropatriarcales y resiste al control de su sexualidad, a la represión de su intelecto y al control de su libertad en todos los aspectos».

Con esta sugerencia, no pretendo que desaparezcan las otras definiciones, sino que se complete la definición de bruja, ya que este término ha existido a lo largo de los siglos, pero no solo representando a la mujer malvada, fea y repulsiva que vuela en una escoba.

El término bruja representa también, y esto no figura en el diccionario, a la mujer intelectual, a la que tenía conocimientos de botánica y de su propio cuerpo (ginecología), a la partera y a la abortista que ayudaba a otras mujeres, a la independiente, a la líder o la que concebía su vida más allá de lo que se esperaba de ella (heterosexualidad, sumisión al varón y procreación).

Por ello y concluyendo, me gustaría resaltar lo sorprendente que es, hoy en día,  que en un manual de consulta de uso institucional y generalizado, como es el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, la definición de bruja sea tan sesgada e incompleta. Y sobre todo, ya que andamos cogiéndonosla con papel de fumar, tan políticamente incorrecta. Porque de un plumazo, se han cargado de la historia a todas esas mujeres intelectuales y sabias metiéndolas dentro del saco peyorativo de la palabra bruja.

Y supongo que después lo habrán tirado al agua (el saco con las brujas), a ver si flota o no.

Bibliografía 

—CARO BAROJA, J. Ritos y mitos equívocos. Madrid. Ediciones Istmo, SA. 1989.
—CARO BAROJA, J. Las brujas y su mundo. Un estudio antropológico de la sociedad en una época oscura. Madrid, Alianza Editorial, 1997
—CHOLLET, M. Sorcières. La Puissance invaincue des femmes. París. Editeur Zones, 2019.
—FEDERICCI, S. Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpos y acumulación originaria. Madrid, 2010, Traficantes de Sueños.
—HESIODO, Teogonía, 602-612 y Trabajos y Días 90-105 (en torno 700 a. C.).  

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