Brujas, diosas y científicas III

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TEXTO POR MARÍA PENALVA
ILUSTRADO POR MARÍA PENALVA
ARTÍCULOS
MUJERES DE CIENCIA
21 de Octubre de 2019

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Mujeres mitológicas

Cuando buscas la palabra Bruja en el diccionario de la R.A.E, justo bajo del término «bruja/o» aparece lo siguiente: La forma f., quizá de or. prerromano.

Es decir, que la forma femenina, bruja, puede ser de origen prerromano. Esto contradice la creencia mayoritaria en nuestra sociedad que sitúa el nacimiento de esta figura en el medievo. Pero, en realidad, lo que pasó es que miles de mujeres fueron asesinada en el medievo acusadas de brujería, que es muy diferente.

Pero si ahondamos en su origen, y en su misma definición, encontramos que en la mitología grecolatina, cuna de la civilización occidental, aparece la figura de la diosa bruja. Y no es algo tan raro, ya que la práctica de la magia en las culturas griegas y romana era lícita, siendo ejercida por sacerdotes y sacerdotisas de determinadas divinidades, y usada por la sociedad en general.

Con la llegada de la religión católica, esta organización de la sociedad cambió, según Silvia Federicci, dando lugar a la aparición del hombre culto y sabio, y en contraposición, pero con las mismas características, surgió la figura peyorativa de la bruja medieval (mujeres sabias).

Pero antes de la irrupción de la religión católica, en la sociedad grecolatina existían una serie de cultos a diosas oscuras o ctónicas lunares perfectamente lícitos, según Caro Baroja, dónde sus sacerdotisas practicaban la magia o la brujería. Hoy en día, estas mismas diosas, Diana, Selene y Hécate, son veneradas en religiones actuales, como determinadas ramas de la wicca muy vinculadas a la naturaleza (ecofeminismo) y la brujería tradicional, no wiccana, como la druídica o la chamánica.

Si existe una deidad femenina de carácter inequívoco, mágico y científico (botánica) desde el principio de las culturas esa es Hécate. En nuestra búsqueda del origen de la brujería, en las mitologías grecolatinas, podemos encontrar que las principales figuras literarias que representan a diosas brujas y científicas son Hécate, Circe y Medea.

Ateniéndonos al significado que ha llegado hasta nosotros en los antiguos textos literarios y poéticos, podríamos decir que Hécate seria la deidad protectora de las brujas, Circe encarnaría el arquetipo de la mujer hechicera que intenta dominar a los hombres y animales con su encanto físico y mágico y Medea sería el arquetipo femenino vengativo, despechado y trágico. 

Si existe una deidad femenina de carácter inequívoco, mágico y científico (botánica) desde el principio de las culturas esa es Hécate.

Y aunque parezcan figuras muy diferentes entre sí, aparte de los lazos familiares, tienen tres rasgos en común: la divinidad, ser mujeres, y, por último, su condición de brujas y científicas, en el campo de la botánica (por su maestría en el uso de las hierbas).

De ahí que piense que es apropiado continuar con una aproximación al uso de la botánica desde el punto de vista de la brujería y como converge con la ciencia, para luego ser desterrado al terreno de la superstición, principalmente a partir del surgimiento del cristianismo, para ver si podemos aclarar lo del brujismo científico o la ciencia bruja, que diría Manuel de Falla.

Bibliografía

—CARO BAROJA, J. Ritos y mitos equívocos. Madrid. Ediciones Istmo, SA. 1989,
—CARO BAROJA, J. Las brujas y su mundo. Un estudio antropológico de la sociedad en una época oscura. Madrid, Alianza Editorial, 1997
—CHOLLET, M. Sorcières. La Puissance invaincue des femmes. París. Editeur Zones, 2019.
—FEDERICCI, S. Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpos y acumulación originaria. Madrid, 2010, Traficantes de Sueños.
—HESIODO, Teogonía, 602-612 y Trabajos y Días 90-105 (en torno 700 a. C.).

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