Una oportunidad única y de un valor inestimable. Conseguimos sacar de las noticias y titulares nacionales e internacionales a una especie de vedette geológica argentina para conocer un poco de su vida detrás del telón.
Estamos hablando de la formación Vaca Muerta. Para saber a qué nos estamos refiriendo cuando decimos «formación» tenemos que acudir a la Estratigrafía (rama de la geología que estudia la disposición y características de las rocas), según la cual una formación tiene una composición, textura y características propias que la diferencia de las demás (ella es única y diferente). Como era de esperar las rocas de las que se constituye también son especiales. Estamos hablando de rocas que se forman por procesos que a veces son imperceptibles en la superficie terrestre. Estas son las rocas sedimentarias, y aquí son especiales por su particular contenido de materia orgánica y minerales opacos que le dan un color gris o negro.
Nuestra querida estrella estratigráfica tiene una larga trayectoria en los medios y una más amplia historia geológica. Hace unos cortos 220 millones de años, durante una era conocida como Mesozoica comenzó a formarse la cuenca Neuquina, que abarca las provincias de Mendoza, Neuquén, Río Negro y La Pampa.
Hubo un tiempo en que esta región estuvo cubierta de agua marina, la cordillera de los andes aún no se había levantado y solo podíamos encontrar en su lugar un rosario de volcanes que no terminaban de cerrar la conexión de la cuenca con el océano proto-Pacifico (Pacifico joven).
En el fondo de ese mar que cubría la cuenca se estaban depositando los sedimentos que mucho tiempo después darían origen a lo que hoy conocemos como Formación Vaca Muerta. Las rocas sedimentarias que se forman en el fondo del mar muchas veces están acompañadas de restos de algas y organismos marinos muy pequeños (fitoplancton y zooplancton), que pueden no descomponerse inmediatamente y se terminan preservando como materia orgánica. Esto se debe a que a ciertas profundidades el agua circula poco y el oxígeno escasea.
Al pasar el tiempo nuestro mar se fue retirando y quedaron depositados más de 400 metros de espesor de rocas sedimentarias de grano fino llenas de materia orgánica. Mas tarde, se depositaron muchas otras rocas encima y la formación Vaca Muerta quedó enterrada a más de 2500 metros de profundidad. Pero vamos, que todos aquí sabemos que falta la frutilla del postre. Lo que la volvió la estrella que hoy es doña formación Vaca Muerta es en realidad producto de lo que pasó más tarde con esos sedimentos.
Nuestro planeta tiene algo así como 6371 kilómetros de radio. A medida nos adentramos hacia su interior la presión y la temperatura aumentan de manera constante durante los primeros kilómetros de corteza terrestre a una tasa de alrededor de 270 atmósferas y 20-30ºC cada kilómetro. Esto ocurre porque mientras más profundo nos encontremos, mayor es la columna de peso que tenemos encima y más cerca del núcleo estamos.
De esta manera se producen cambios que transforman los sedimentos sueltos en rocas consolidadas. Las rocas, como Vaca Muerta, ricas en materia orgánica que se encuentran enterradas a varios kilómetros de profundidad se cocinan convirtiendo la materia orgánica poco a poco en hidrocarburos, como gas y petróleo. Las rocas con mucho contenido orgánico en las que ocurre la formación de los hidrocarburos se denominan roca madre (o roca generadora). Una vez formados, estos hidrocarburos se mudan (migran) desde la roca que les dio origen hacia otro tipo de roca con mayor capacidad de almacenamiento y permeabilidad (mayor facilidad de desplazamiento de los fluidos a través de sus poros) que se conoce como: la roca reservorio.
Para que la transformación de la roca rica en materia orgánica a hidrocarburos sea exitosa deben darse condiciones muy precisas. Principalmente se necesita una presión, temperatura y tiempo de maduración exacto para que la materia orgánica se transforme en hidrocarburos. Si no se dan estas condiciones, no se transforma o puede «sobrecocinarse», descomponiendo el gas o el petróleo por completo. Y como se dice en el medio: cómo te ven te tratan, si te ven mal te descartan y si te ven bien te hacen una perforación hidráulica de alta presión. Bueno… algo así. Es por estas razones que un lugar donde estas condiciones fueron optimas y exactas realmente es importante.
Además, para que los hidrocarburos se acumulen en la roca reservorio, debe existir por encima de ella otro tipo de roca: una que sea impermeable y que impida que sigan ascendiendo. Si eso ocurre, los hidrocarburos quedan entrampados dentro de las rocas formando un yacimiento convencional. Si no tiene esa configuración geológica, decimos que un yacimiento es «no convencional», porque además requiere de otras técnicas para su explotación.
Ahora bien, sabemos entonces que Vaca Muerta se extiende por 30 000 kilómetros cuadrados y da origen al petróleo y gas no convencional en Neuquén. Representa el segundo reservorio de gas no convencional más grande del mundo y el cuarto de petróleo. Ocupa un lugar fundamental en la matriz energética nacional. Así mismo, la obtención de hidrocarburos por métodos no convencionales, como el fracturamiento hidráulico con perforación horizontal —más conocido como fracking— no está exenta de riesgos.
Esta técnica tiene múltiples efectos negativos para el medio ambiente (suelo, agua y aire): incidentes ecológicos, consumo de grandes cantidades de agua, contaminación de aguas subterráneas, sismicidad inducida, etcétera. Estas son sólo algunas de las cuestiones que vuelven al fracking un tema controversial. Porque las consecuencias reales de esta práctica a largo plazo son aún impredecibles y hay muchas incertezas. Actualmente las energías provenientes de la industria hidrocarburifera ocupan alrededor del 90% de la matriz energética argentina. Estas fuentes que operan a base de combustibles fósiles tienen efectos nocivos o detrimentales para nuestro medio ambiente por lo cual es importante realizar una transformación progresiva, abandonar las energías que contaminan en demasía y avanzar en dirección de las denominadas fuentes de generación de energías limpias.
BIBLIOGRAFÍA
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