Brujas, diosas y científicas V

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La botánica siempre ha tenido un papel fundamental en la medicina pero también en la magia. En el Canto X de La Odisea de Homero aparece la hierba moly, que es una planta mágica medicinal que usa Odiseo para vencer a Circe. Pero no sólo aparece en esta obra, también es usada por Circe o Medea en sus invocaciones a Hécate en otras narraciones (Ovidio, Apolonio de Rodas…). Mayormente, esta hierba se usa en estas ficciones como ingrediente para realizar conjuros, filtros y pócimas, pero no debemos olvidar también su uso medicinal.

TEXTO POR MARÍA PENALVA
ILUSTRADO POR MARÍA PENALVA
ARTÍCULOS
16 de Diciembre de 2019

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La Mandrágora

Siempre ha habido mucha curiosidad por saber qué clase de planta era la hierba moly. Y desde la Antigüedad se vienen haciendo intentos académicos de reconocer esta planta, pero hasta el día de hoy, ningún científico botánico ha llegado a conclusiones definitivas sobre su identidad. Pero sí ha habido muchas especulaciones, desde el punto de vista botánico, Dioscórides, famoso botánico y médico de la Antigua Grecia, nos indicaba que la raíz de la hierba moly podría ser útil para la dilatación de matrices, es decir, una planta indicada para la contracepción ya que favorece la menstruación.

Algunos investigadores han llegado a la conclusión que la moly podría ser la famosa mandrágora. La mandrágora es una planta mágica y era conocida y representada en la antigüedad, como una persona diminuta. Existían mandrágoras de género masculino y de género femenino. Se decía que daba un grito terrible cuando la arrancaban de la tierra. En grandes dosis era venenosa, y en pequeñas, soporífera. En cuanto, a sus propiedades mágicas se caracterizaba por ser especialmente maléfica o demoniaca y se usaba para elaborar pociones amorosas y remedios contra la infertilidad y poderosas protecciones.

También se ha discutido que la hierba literaria moly podría ser la ruda, conocida científicamente como Ruta. La ruda es una planta perenne que pertenece al grupo de las aromáticas y que habita en zonas secas y con clima mediterráneo. Se dice que curaba el mal de ojo, que era una defensa contra los encantamientos y en América, era y es usada para hacer hechizos de amor. En cuanto a sus propiedades científicas, la ruda al igual que la mandrágora, favorece la menstruación, por lo tanto, puede causar abortos, es decir actúa como agente contraceptivo, tiene efectos sedantes, y en grandes cantidades puede ser tóxica.

Todas las brujas diosas mitológicas, y más tarde las mujeres (sabias o brujas, al gusto del consumidor) han creado pócimas o brebajes usando hierbas utilizadas en medicina, algunas con fines medicinales y otras con fines mágicos, o incluso, como pasaba en la Antigua Grecia, sin distinción entre medicina y magia: pharmakeia.

Hoy en día, se siguen usando en la farmacopea oficial esos principios activos que tienen su origen en el mundo vegetal, como son por ejemplo, la digoxina que se extrae de las hojas de la Digitalis Purpurea y es usada como medicamento antiarrítimico, la quinina que se extrae de la corteza de la Cinchona para el tratamiento de la malaria o los alcaloides derivados del opio que se extraen de las capsulas de las amapolas.

Por lo tanto, es lógico suponer que estas mujeres usaban la botánica con fines medicinales. Tanto para el control reproductor de su cuerpo, con la libertad que otorga este control, como para la sanación clásica, independientemente del sexo. Y que, cuando las declararon brujas y les prohibieron el acceso a estos conocimientos, lo que realmente sucedió es que se limitó a las mujeres en uno de sus derechos y libertades fundamentales, que el control de su vida y de su cuerpo.

Y cuando lo piensas en la distancia puedes incluso suspirar y decirte a ti misma: “…uff, esto pasó hace mucho tiempo…” Pero no es así, ya que hoy en día y en nuestro país, hay partidos políticos como Vox que abogan por volver a imponer estos límites absurdos a las mujeres como si fuéramos ciudadanas de segunda, o simplemente parideras. Por eso, recomiendo encarecidamente la lectura, o según la preferencia, el ver la serie La Criada de Margaret Atwood, y reflexionar hacia dónde nos lleva que haya personas (hombres y mujeres) que piensen que pueden opinar sobre nuestros cuerpos y su uso y utilidad.

Bibliografía

—CARO BAROJA, J. Ritos y mitos equívocos. Madrid. Ediciones Istmo, SA. 1989,
—CARO BAROJA, J. Las brujas y su mundo. Un estudio antropológico de la sociedad en una época oscura. Madrid, Alianza Editorial, 1997
—CHOLLET, M. Sorcières. La Puissance invaincue des femmes. París. Editeur Zones, 2019.
—FEDERICCI, S. Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpos y acumulación originaria. Madrid, 2010, Traficantes de Sueños.
—HESIODO, Teogonía, 602-612 y Trabajos y Días 90-105 (en torno 700 a. C.). Disponible en:

 

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