Una pintora surrealista para Bayer: el arte y la ciencia en Remedios Varo.

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Remedios Varo (Anglès, 1908-Ciudad de México, 1963), pese a haber nacido en España, es un personaje mucho más conocido en América del Sur, debido a que pasó buena parte de su vida en México; país al que se exilió definitivamente en 1941. Su principal profesión fue la de artista y perteneció al surrealismo. El movimiento surrealista fue una de las primeras vanguardias del arte del siglo XX que se caracterizó, entre otros muchos rasgos por el dominio del inconsciente frente a la razón, el uso del azar en las prácticas artísticas y el gusto por representar temas fantasiosos y el mundo de los sueños.

TEXTO POR ANDREA GARCÍA
ILUSTRADO POR PRISCILLA CAFER
MUJERES DE CIENCIA
20 de Abril de 2020

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Sin embargo, el presente artículo tiene el propósito dar a conocer la cara más científica de Remedios Varo, ya que durante su residencia en Venezuela se dedicó a la entomología, fue publicista para la farmacéutica Bayer y dibujante técnica en el Instituto de Malariología.

Varo nació en Cataluña, pero pronto se trasladó a vivir a Madrid. Allí, estudió en la Escuela de Artes y Oficios y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Al finalizar sus estudios en 1929, viajó a París y se mudó a Barcelona. En la ciudad parisina contactó con el arte de vanguardia, particularmente con el movimiento artístico del surrealismo que estuvo tan en boga en Barcelona. Compaginó la práctica del surrealismo con el diseño publicitario hasta su exilio a Francia en 1937, el cual culminó en México cinco años después. A pesar de haberse declarado apolítica —lo cual tampoco es que fuese un argumento de peso durante la dictadura franquista—, Varo decidió exiliarse por temor a las represalias contra su pareja, el poeta republicano y marxista Benjamin Péret.

De este modo, comenzaron una nueva vida en Ciudad de México. Los primeros años no fueron fáciles y Varo estuvo pluriempleada. Tan pronto ejerció de publicista como de diseñadora, restauradora e incluso copista de obras del pintor Giorgio de Chirico. En este periodo, la artista creó menos obras independientes de los encargos publicitarios dadas las dificultades económicas.

En 1946, Varo y Péret se casaron y este último le dio permiso para viajar a Venezuela, ya que en estos tiempos las mujeres casadas no podían viajar sin el consentimiento de sus maridos. La pintora quiso mudarse a este país porque su familia residía allí tras exiliarse del franquismo. Después de una breve estancia de dos años, entre 1947 y 1949, Varo regresó a Ciudad de México para siempre. Continuó su labor de antaño como publicista, se separó de Péret y encontró el amor con el músico Walter Gruen.

Su residencia en Venezuela es el momento que más nos interesa desde el punto de vista científico. La madre y uno de sus hermanos estuvieron viviendo en Caracas debido al trabajo de él en el Ministerio de Sanidad. Así, Varo se embarcó a Venezuela a través de una expedición organizada por el Instituto Francés de América Latina. Se trató de una expedición agrícola y entomológica por el río Orinoco en la que Varo ejerció de ilustradora científica de insectos. Lamentablemente, apenas hay información sobre este interesante suceso y no se conservan los dibujos que hizo en este tiempo.

Desde 1947, alternó su labor en la expedición con los encargos publicitarios de la famosísima y controvertida farmacéutica Bayer, la cual estuvo condenada durante el juicio contra las industrias IG Farben (1947-1948) porque formó parte del grupo. Curiosamente, Bayer siguió produciendo con normalidad durante ese año pese a la gravísima acusación de los crímenes contra la humanidad que cometió en la Alemania nazi.

Por tanto, Varo realizó una serie de carteles publicitarios para algunas medicinas de Bayer. En Paludismo (1947), representa a un mosquito con el propósito de alertar que transmite el paludismo o malaria. Se trata de una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Plasmodium falciparum, transmitido por el mosquito Anopheles, muy común en los países tropicales y subtropicales. Tanto que en 2018 esta enfermedad produjo más de cuatrocientas mil muertes. En la obra de Varo, el insecto está revoloteando por una masa de agua, tal vez un río o pantano de aguas turbias y abundante vegetación. La intención de la artista era evitar que las personas se acercaran a la jungla, hábitat por excelencia de los mosquitos. Si nos fijamos, es un mosquito con un tamaño descomunal. De hecho, se parece más a una típula que al característico Anopheles que transmite la malaria. En este caso, Varo prefirió ilustrar el concepto general de mosquito como animal peligroso del que tenemos que alejarnos. No pretendía reflejar una realidad entomológica, sino directamente evitar los mosquitos.   

Ligada a las enfermedades parasitarias de climas cálidos, la obra Amibiasis (1947) hace referencia a las aguas contaminadas por los protozoos del género Entamoeba. De este modo, la artista pinta un bodegón formado por una lechugas y tomates mojados por los que caminan una horda de seres iracundos que portan guadañas, sables y cuchillos. Las criaturas simbolizan la enfermedad, al igual que el riesgo que supone lavar los alimentos con agua no potable.

Amibiasis entronca con el surrealismo porque los protozoos se pintan de forma totalmente irreal. Podrían tener un aspecto unicelular y amorfo, pero Varo prefirió representarlos como humanoides con armas blancas; sinónimos del daño que provoca la gastroenteritis infecciosa.

De esta suerte, la mayor parte de los encargos para Bayer tienden al surrealismo, pues este tipo de lenguaje artístico resulta práctico para ilustrar de manera muy visual y emocional determinadas enfermedades y trastornos. Otros trabajos interesantes son Angustia o Pesadilla (1947) y Dolor reumático II (Reuma, Lumbago, Ciática) (1948).

Angustia se llama también Pesadilla (1947) debido a la ambigüedad del tema tratado. Aparece una mujer tumbada y temerosa en el suelo, entretanto una red manejada por un sistema de poleas la eleva forzadamente hacia el techo. La red tiene forma de poliedro y retiene unos bichos parecidos a polillas gigantes. Angustia es todo un reto de fantasía surrealista, pero se parece bastante al Sueño de la razón produce monstruos (1797-1799) de Francisco de Goya y Lucientes, pues la manera de componer es similar. En las dos obras, la persona que está descansando se ubica a nuestra izquierda y las criaturas que producen el miedo a la derecha. En el caso de Goya se trata de búhos y murciélagos asociados a la oscuridad y el terror hacia lo desconocido.

Créditos: Museo Nacional del Prado

Finalmente, Dolor reumático II (Reuma, Lumbago, Ciática) (1948) es una de las dos piezas publicitarias que abordan el tema de las dolencias reumáticas. Si bien el reuma no es una enfermedad, existen más de doscientas enfermedades ligadas al dolor en el aparato locomotor; son las enfermedades reumáticas. La lumbalgia y la ciática son dolores que forman parte de estas enfermedades. En la obra de Varo, la imagen está protagonizada por una mujer que agoniza cuando cientos de alfileres llovidos del cielo se clavan en el torso y las extremidades. Igualmente, está pisando un suelo plagado de púas, tal y como si fuera un campo de plantas secas con espinas gigantes.

La mujer está envuelta en vendas haciendo referencia a que su auténtica enfermedad es el dolor extendido por todo el cuerpo. Aquí, vemos de nuevo la manifestación del surrealismo en la imposible lluvia de alfileres y las gigantescas puntas del suelo. La obra está relacionada estrechamente con la pintura de Frida Kahlo, ya que también entronca con el surrealismo y tiene muchas representaciones del dolor, por ejemplo, La columna rota (1944). No podemos olvidar que Kahlo sufrió un accidente de tráfico que le afectó gravemente a la columna vertebral.

Si prestamos atención, las protagonistas de Angustia o Pesadilla (1947) y Dolor reumático II (1948) son mujeres. Resulta que la mujer es el sujeto habitual elegido por Varo para encarnar la publicidad de Bayer. Son mujeres que no están cosificadas porque no se acentúa la anatomía femenina. La idea es comprender las molestias psíquicas o físicas que están padeciendo, las cuales se aliviarían con productos farmacéuticos determinados.

La artista trabajó para Bayer mientras su hermano le facilitó un puesto como dibujante técnica en la Dirección de Malariología en 1948. Acerca de esta cuestión, su sobrina Beatriz Varo afirmó que «Remedios tuvo el cometido de dibujar ilustraciones de mosquitos y otros insectos destinados a la docencia dentro de unos ciclos de cursos de formación del personal». En la actualidad, resulta muy complicado localizar los dibujos pedagógicos de la artista para la Dirección, pero imaginamos que podrían ser similares a sus proyectos para Bayer. 

Gracias a esta lectura hemos podido observar que Remedios Varo no solo fue una artista muy importante del surrealismo a nivel internacional, sino que también utilizó el dibujo y la pintura como medios científicos y publicitarios. Ilustradora científica especializada en entomología, publicista en la farmacéutica Bayer y dibujante técnica para el alumnado de la Dirección de Malariología, Varo unió el arte y la ciencia de la misma manera que otras muchas mujeres del pasado, véase Maria Sibylla Merian en el siglo XVIII.

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