Sororidad y lactancia

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—Mamá, ¿qué significa sororidad?
—Es una palabra muy compleja de escribir, muy difícil de pronunciar y más aún de hacerla cierta.
—No te entiendo, mamá.
—Sororidad significa apoyarnos entre mujeres, ser solidarias por nuestra causa.
—¿Como un grito de «todos a una»?
—Si y no. No tiene que ser un grito de guerra, sino de paz. Luchar todas por nuestros derechos, por el feminismo, por una igualdad real.
—¿Y los hombres? ¿Los hombres no pueden ser feministas?
—¡Claro que sí! Pueden y deben reivindicar la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, que eso es el feminismo, pero el primer paso debe ser no luchar entre nosotras…

TEXTO POR MARTA ISABEL GUTIÉRREZ
ILUSTRADO POR FRANCESCA AIELLO
ARTÍCULOS | MUJERES DE CIENCIA
FEMINISMO | LACTANCIA | MATERNIDAD | SORORIDAD
14 de Mayo de 2020

Tiempo medio de lectura (minutos)

En enero de este año leí un artículo publicado en El Confidencial titulado Talibanas de la lactancia materna: "No me dejaban dar el biberón, aunque sangrase". En él, algunas mujeres criticaban a otras por decidir una manera u otra de alimentar a sus bebés. Un artículo que estaba lejos de lo que debería ser. Un artículo que me hizo reflexionar. Para ejemplificar lo que podía leerse, he decidido contar esta historia sobre una profesora en una de sus clases de biología:

Entra en casa, cansada, después de un largo día de trabajo. Hoy era día de defensas de los trabajos finales de su asignatura, Biología, y una de sus alumnas ha tenido un día complicado. No ha contado nada que no sea verdad. Sin embargo, sus compañeras no han sido nada fáciles de llevar. «No entiendo por qué lo hacen. Solo intenté hacer un buen trabajo y hasta mis mejores amigas se han reído. Dicen que lo que he contado es de talibanes de la teta».

Muchas mujeres, desde que se quedan embarazadas, tienen claro que van a intentar darle pecho a sus bebés. Aunque es una decisión de cada madre, en caso de que no hablemos de madres solteras, también es una decisión que se toma junto con la pareja. Sí, digo juntos, porque, en mi caso, la lactancia me ha hecho sentir más mujer que nunca y porque mi pareja es esencial para que todo fluya, el apoyo de la gente que te rodea es fundamental. Pero en ese mismo momento muchas mujeres se encuentran con la realidad: dar el pecho puede ser algo complicado.

Cuando hablas de la lactancia mucha gente te mira raro. «¡Con lo cómodo que es el biberón!», «¿Lo has pensado bien? Tu marido no podrá ayudarte si no le das biberón. ¿De verdad quieres ser tan esclava?», «Piensa que si das el pecho se te van a caer al suelo». Algo tan normal como amamantar a tu bebé es de las cosas que más critican. Y algo tan ligado a las mujeres es de lo más criticado… por mujeres.

Muchas son las fuentes que hablan de la leche materna como el alimento más completo y nutritivo para los recién nacidos. Es inocua y contiene anticuerpos que ayudan a fortalecer las defensas de los más pequeños, protegiéndolos de enfermedades como la diarrea y la neumonía. Y no solo es alimentación, es cariño, apego, relajación, juego…

El trabajo de esta alumna se titulaba La leche materna tiene mucha química y en él podían leerse cosas como:

«La leche materna es un alimento vivo, pues contiene millones de células como los glóbulos blancos o los citoblastos. Y esto se debe a que la leche se genera en el organismo a partir de la sangre de la madre».

«Durante el desarrollo de la placenta se liberan sustancias como la progesterona y el estrógeno que ponen en marcha el mecanismo para que la lactancia pueda funcionar. Entre el tejido glandular y las células que forman la grasa de los senos hay una red de canales llamados conductos mamarios, que se incrementan, tanto en número como en tamaño, debido a las hormonas liberadas en el embarazo. ¡Por eso aumenta el tamaño de los pechos! Dentro de esta red de canales mamarios aparecen otros más pequeños llamados conductillos, cuyo final se encuentra en los alvéolos. Y son precisamente estos alvéolos los que “se alimentan” de la sangre de la madre para fabricar la leche».

El trabajo era muy completo. Esta alumna destacaba también que la leche se compone de más de mil proteínas que ayudan al crecimiento y desarrollo del bebé, activan su sistema inmunitario y desarrollan y protegen las neuronas cerebrales. Y, como todas las proteínas, estas se componen de aminoácidos, y algunos de estos aminoácidos aumentan sus niveles por la noche ayudando a inducir el sueño, según datos científicos.

¡Y tanto que ayudan! Esto lo sé de muy primera mano...

Fueron cinco los minutos que debía durar la exposición, pero estuvieron mucho más. Al resto de la clase parecía interesarles el tema. Hablaron de más compuestos presentes en la leche materna, azúcares como los oligosacáridos que actúan como prebióticos, más de cuarenta enzimas que ayudan a los sistemas digestivo e inmunitario del bebé y permiten la absorción de hierro, hormonas que garantizan el buen funcionamiento de tejidos y órganos, vitaminas y minerales, anticuerpos, ácidos grasos de cadena larga que tienen un papel fundamental en el desarrollo del sistema nervioso, y más de mil moléculas diferentes de microARN cuya función parece ser la regulación de la expresión genética. ¡Y muchos más componentes que seguro no se están detectando!

Desde el calostro hasta los últimos tragos de leche que toma un niño, hayan pasado días, meses, o años, la leche cambia de composición adaptándose a las necesidades del hijo y de la madre. En ocasiones se habla del calostro como una «vacuna natural», ya que sus niveles de anticuerpos y glóbulos blancos son muy elevados. La primera leche materna debe contener estos ingredientes para poder proteger al bebé frente a infecciones y enfermedades tras abandonar la seguridad del útero.

Además, la composición de la leche materna cambia día a día y toma a toma. Si la madre o el bebé están enfermos, la leche contendrá más anticuerpos para luchar contra esa enfermedad concreta, pudiendo llegar a cambiar el color de la misma. Y dentro de una misma toma, la leche inicial y final son completamente diferentes, siendo más densa y cremosa al final. 

A la izquierda, leche de color blanco. A la derecha, leche más amarilla. La extracción de esta última se produjo un día en el que el bebé estaba con fiebre y acatarrado.
A la izquierda, leche de color blanco. A la derecha, leche más amarilla. La extracción de esta última se produjo un día en el que el bebé estaba con fiebre y acatarrado.

Cuando al fin dieron por concluida la exposición de su trabajo, una de sus mejores amigas susurró «en tu casa sois unos talibanes de la teta». Y el resto se rio a carcajadas.

Con intención de realizar un debate argumentado la profesora dio paso a los compañeros que querían presentar sus argumentos. Entonces, entre ellos, se escucharon cosas como «Hay mujeres que no quieren dar el pecho y parece que están maltratando a sus bebés», «Dando la teta no te pueden ayudar con el bebé», «Conozco a gente que hasta sangrando le han obligado a seguir dando pecho», «Pues yo soy de biberón y me he criado perfectamente».

Lo que más sorprendía a esa profesora que entró en casa, reflexiva, tras un largo día de trabajo, era que fueron chicas las que atacaban o se defendían con argumentos de ese estilo. Fueron ellas las que miraban raro a aquella adolescente que intentaba defender su último trabajo de biología.

Es una realidad que son muchas las personas que siguen viendo la lactancia como algo extraño. Todavía hay lugares donde se escandalizan por ver un pezón si en lugar de en la tele está en la calle sirviendo como alimento de un niño. Mujeres que para poder conciliar y seguir con la lactancia tras incorporarse al mundo laboral deben dar explicaciones para poder extraerse leche. Mujeres que deciden no contratar a otras mujeres por el mero hecho de ser madres (o querer serlo). Mujeres que no entienden a otras mujeres…

Yo me considero afortunada. Mi entorno más cercano nunca ha criticado nuestra decisión. En el trabajo nunca me han puesto peros. Me considero afortunada, pero mi experiencia personal debería ser lo normal, debería ser la experiencia de otras mujeres.

La leche materna es una opción válida para alimentar a un bebé. Los datos, objetivos, apoyan sus beneficios. El biberón también es una forma de alimentar a un bebé y somos muchos los que, por muchas y diversas razones, hemos crecido enganchados a una tetina. Defender la lactancia no es demonizar el biberón. Defender la lactancia es defender la libertad de elección, al contrario de lo que conseguía aquel artículo.

—Ahora lo entiendo, mamá. Libertad y feminismo son lo mismo. Libertad debería ir unida a la palabra igualdad. Libertad y apoyo, eso es lo que significa sororidad.
—¿Y qué opinas entonces?
—Opino que sí, es difícil, pero también sé que no es imposible.

 

Referencias

Documentos sobre lactancia materna. Asociación Española de Pediatría.

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