Estudios recientes sugieren que los animales están disminuyendo de tamaño como respuesta al calentamiento global, sin que se tengan claras aún las razones de ello.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada y la Pontificia Universidad de Chile han encontrado la causa fisiológica por la que los animales ectotermos, que regulan su temperatura corporal en relación con la temperatura ambiental, tienen un tamaño más reducido a causa del calentamiento global.
Según las conclusiones de la investigación, los animales ectotermos, o animales de sangre fría, sufren restricciones metabólicas con el aumento de la temperatura ambiente, lo que supone limitaciones en su desarrollo y, por tanto, en su tamaño.
Mediante el análisis de resultados de cientos de artículos científicos ya publicados, y más de seiscientas medidas de tolerancia térmica y tamaño en reptiles, peces, anfibios, artrópodos, moluscos y anélidos los investigadores ha podido formular una ecuación que permite calcular la tolerancia al calor de estos animales.
La relación entre la intensidad y la duración del estrés térmico que sufren los animales permite conocer cómo varía la tolerancia al calor según el tamaño de los animales. Los animales más pequeños pueden mantener temperaturas corporales más altas que los más grandes durante períodos cortos, pero no pueden mantener temperaturas corporales más altas durante períodos prolongados, ya que su resistencia disminuye más rápidamente con el tiempo. Además, se pudo comprobar que con el aumento de tamaño de estos animales, la muerte térmica se produce a tasas metabólicas relativamente bajas con respecto a entornos sin estrés térmico.
La investigación se ha publicado en la revista NatureClimateChange. Las conclusiones obtenidas por los investigadores tienen implicaciones ecológicas importantes para conocer la respuesta de los animales ectotermos al calentamiento global.
Las mitocondrias de las células sufren alteraciones por la microgravedad y la radiación espacial, que provocan cambios en la fisiología de los astronautas.
El proceso es más rápido en el movimiento de iones y requiere menores voltajes frente al uso de la magnetoiónica de iones de oxígeno, esta nueva técnica es una alternativa para mejorar la eficiencia energética de los dispositivos.
La observación se ha realizado a una temperatura de sesenta y tres grados bajo cero y con rápidas variaciones de presión para que no pase a estado sólido.