Un singular monstruo comegalletas

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Cuento finalista del tercer concurso de cuentos infantiles Ciéncia-me un cuento. Organizado por la Society of Spanish researchers in the United Kingdom (SRUK/CERU).

TEXTO POR REBECA URAZÁN BENITEZ
ILUSTRADO POR RUBÉN ALAMEDA
ARTÍCULOS | KIDS
CELIAQUÍA | GLUTEN
25 de Febrero de 2021

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El día que Lucas —el monstruo comegalletas— salió de su oriunda Plaza Ajonjolí no se imaginaba que se convertiría en una gran estrella. Al llegar a Plaza Sésamo consiguió ser respetado y muy admirado, en especial por su sobrinito: Juan Comegalletas.

Los monstruos azules son originarios de Plaza Ajonjolí y tienen fama por dos cosas: primero, adoran las galletas; y, segundo, son los mejores productores de todos los tipos de galletas posibles, pues su imaginación es infinita a la hora de hacerlas.

Lucas –el famoso monstruo comegalletas— es la imagen de la empresa CookiesBlue Asociados, productores de galletas gigantes o pequeñas, galletas con chispitas de chocolate o pedacitos de atún. Galletas con forma de unicornio o con ojitos de gomita y galletas rellenas de salsas de todos los sabores. La imaginación de los monstruos comegalletas no tenía limite, cocinaban para todos los gustos, pero algo terrible empezó a inquietar a la exitosa familia. Cada vez que Juan comía su saludable cena de galletas rellenas de salsa de vegetales se empezaba a sentir muy mal. Su abdomen se inflaba y sentía que en cualquier momento saldría volando, aunque a veces solo sentía mucho dolor. Y eso los ponía muy tristes a todos.

Los constantes malestares al comer empezaron a debilitar al pequeño Juan Comegalletas. Incluso su tío Lucas vino a visitarlo desde Plaza Sésamo y para animarlo hizo el espectáculo de comerse toda la vajilla de la casa, pero el pequeño monstruito esta vez no se rio. La familia, preocupada, consultó a un médico gastroenterólogo. Gastroenterólogo no es el nombre de un tipo de monstruo feroz, sino que es como se les llaman a los médicos que se encargan de revisar y aliviar las alteraciones de nuestro sistema digestivo, es decir, de nuestro estomago e intestinos. Nuestro sistema digestivo este hecho de varios órganos que están en nuestro abdomen, juntos, como una gran orquesta, trabajan para hacer que nuestros alimentos se transformen en los nutrientes que brindan la energía a nuestro cuerpo.

El lugar más importante en la extracción de los nutrientes es un largo camino en tu cuerpo llamado intestino delgado, y lo encuentras situado atrás de tu ombligo. Esa larga vía está pavimentada de vellosidades, pequeños pelitos que capturan nutrientes para después distribuirlos.

Juan Comegalletas estaba teniendo un problema con su intestino delgado. El gastroenterólogo, don Pedro Comepasteles, después de muchos exámenes médicos le explicó a la familia que el pequeño monstruito sufría de una enfermedad llamada celiaquía. En la celiaquía, las vellosidades, esa especie de pelitos atrapadores de nutrientes, empiezan a ser destruidos y dejan de hacer su trabajo, por eso Juan se sentía débil. La enfermedad ocurre porque hay personas, monstruos, niños y adultos, en los que su organismo rechaza el gluten, una sustancia que está presente en alimentos hechos de trigo, como el pan, galletas, pastas, cereales y los pasteles. A muchas personas el gluten no les causa ningún mal, pero en otras su sistema de defensa o sistema inmunológico, que se encarga de defender nuestro cuerpo de todos los organismos extraños, confunde el gluten con una sustancia malvada y empieza a atacar a los pelitos del intestino delgado solo porque ellos lo capturan.

Esa situación en la que nuestro sistema de defensa nos ataca a nosotros mismos se llama enfermedad autoinmune. Parece extraño, es algo así como un gol en propia puerta de nuestro organismo. Nuestro sistema inmunológico se confunde y empieza a atacar a nuestro sistema digestivo. Mala idea, porque ambos juegan para nuestro equipo.

La familia Comegalletas estaba asombrada, Juan se sentía tan mal porque en cada comida consumía deliciosas galletas, que tenían gluten. El médico les explicó que, desde ese momento, Juan tendría que tener una dieta muy especial donde no consumiera gluten.

—Pero ¿cómo hacerlo si somos los famosos monstruos comegalletas? —Dijo el tío Lucas.
—Pues de ahora en adelante, tendrán que hacer galletas libres de gluten —respondió el médico.

Así pués, existen formas de hacer riquísimas galletas con harinas que no tienen gluten, y la familia Comegalletas empezó a cambiar la dieta de Juan, y tan solo un año después, inauguraron una nueva línea de galletas para todos los monstruos y humanos celiacos de Plaza Sésamo.

¿Y quién crees que fue la imagen de esta nueva línea de galletas? Lo adivinaste: el protagonista fue Juan Comegalletas, el primer comegalletas celiaco de la historia.

Juan apoyó a muchos niños y monstruitos que como él tenían celiaquía, puso sus conocimientos de galletas para hacer las más deliciosas y magnificas libres de gluten, para que todos las pudieran comer sin problemas. Fue una experiencia maravillosa, y, al final, el tío Lucas comprendió que todos no podemos comer de todo, pero los celiacos también pueden llevar una vida normal.

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