Dante Alighieri y las matemáticas

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El nombre de Dante Alighieri (1265-1321) nos remite inmediatamente a su obra más conocida: la Divina Comedia, un temprano ejemplo escrito en verso de lo que ahora llamaríamos autoficción, es decir, una obra en la que el autor no duda en colocarse como narrador y protagonista de su propio relato.

TEXTO POR VIOLETA FONT
ILUSTRADO POR ÁNGELA BIELSA
ARTÍCULOS
DANTE | DIVINA COMEDIA | LITERATURA | MATEMÁTICAS
12 de Abril de 2021

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Además, en esta gran obra de la literatura universal, Dante imagina y escribe encuentros con grandes intelectuales de la Antigüedad y de su propio tiempo, la Florencia de la Baja Edad Media marcada por las luchas entre los güelfos, seguidores del Papa, y los gibelinos, partidarios del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Como hombre cuya obra marcaría el paso del pensamiento medieval al renacentista, Dante cultivó no solo las humanidades, sino también las ciencias, impregnando su literatura de matemáticas y, en concreto, de su hermana pequeña y algo supersticiosa: la numerología.

La Comedia comienza presentando a un Dante que, a la mitad del camino de su vida, se encuentra perdido en una oscura selva en la que aparecen tres fieras que le acechan. De repente, alguien acude en su ayuda: es Virgilio, el poeta clásico, autor de la Eneida (obra fundacional de la cultura latina). Virgilio se apiada de Dante y le ofrece su ayuda, pero, para salir de ese oscuro lugar y lograr la salvación, Dante deberá transitar un largo camino por lugares misteriosos. Así, el poeta florentino comienza un recorrido que le hará atravesar la tierra y ascender a las esferas celestes: de la mano de Virgilio, avanzará a través del mismísimo Infierno, del Purgatorio y, finalmente, del Paraíso. Este es el punto de partida de la Comedia: un hombre extraviado en la inmensidad de la selva. Pero hay otra lectura que nos lleva más allá: la de la humanidad, perdida y acorralada por el pecado, que debe transitar un sinuoso camino hacia la salvación divina. Esta lectura alegórica en clave religiosa sobrevuela toda la obra, como es natural en su tiempo, y para construir este entramado simbólico Dante recurre precisamente a un número con particulares resonancias místicas: el tres, que evoca la Santísima Trinidad y también las propiedades geométricas de estabilidad y equilibrio del triángulo.

La Comedia no solo se divide en tres partes, los ya mencionados Infierno, Purgatorio y Paraíso, sino que cada una de estas partes se compone de 33 cantos o capítulos, a los que se suma uno introductorio que hace que la suma total sea 100, otro número asociado a la perfección. El 10 era un número importante tanto en la tradición de la cábala judía como para los pitagóricos, que admiraban el 10 como un número divino, pues era la suma de los cuatro primeros números enteros (1+2+3+4=10). La métrica del poema también se construye sobre el número trinitario, pues se trata de estrofas compuestas por tres versos endecasílabos, estrofas que van engarzándose las unas con las otras mediante la rima y que reciben el nombre de terza rima o tercetos encadenados.

Escudo de la Santísima Trinidad. Como dirían en Amanece que no es poco: «Se hace saber que Dios es uno y trino». Fuente: Wikipedia
Escudo de la Santísima Trinidad. Como dirían en Amanece que no es poco: «Se hace saber que Dios es uno y trino». Fuente: Wikipedia

De la mano de Virgilio, Dante atraviesa los nueve círculos del Infierno, que mantienen correspondencia con un pecado diferente. En el primer círculo, encontramos el limbo, en el que vagan las almas no bautizadas de aquellos que no han conocido a Cristo. En el segundo círculo, tenemos a los lujuriosos; en el tercero, a los pecadores por gula; en el cuarto, a los avariciosos; en el quinto, los iracundos y los perezosos; en el sexto, a los herejes; en el séptimo, los violentos; en el octavo, los fraudulentos; en el noveno y más terrible, a los traidores. Existen, por tanto, nueve círculos llenos de terribles castigos, es decir, tres elevado al cuadrado. De nuevo, el número que sostiene no solo la estructura de la obra sino también la arquitectura del propio infierno es el tres. Si sumamos a los nueve círculos del Infierno la antesala del lugar, obtenemos el segundo de nuestros números mágicos: el 10.

La Tetraktys, un símbolo místico para los pitagóricos, que vincula el diez con el triángulo y lo muestra como suma de los cuatro primeros números enteros. Fuente: Wikipedia
La Tetraktys, un símbolo místico para los pitagóricos, que vincula el diez con el triángulo y lo muestra como suma de los cuatro primeros números enteros. Fuente: Wikipedia

Una vez atravesados los horrores del inframundo, Dante y Virgilio se adentran en el Purgatorio, el lugar en el que las almas expían sus pecados. Siete son los círculos del Purgatorio, otro número mágico resultante de la combinación del tres y el cuatro. A la entrada del Paraíso, Virgilio se ha despedido de Dante, pues la encargada de guiar a Dante por los nueve cielos que conforman el lugar sagrado será Beatriz, la poseedora de todas las virtudes, que posibilitará el reencuentro del poeta con Dios y la cohorte celestial. El personaje de Beatriz une la Comedia con otra obra anterior de Dante: la Vida nueva (1293), en la que el poeta cuenta precisamente el amor desarrollado por Beatriz, su amada, a la que conoció con nueve años en un encuentro fortuito que tuvo lugar, precisamente, a las nueve horas de aquel día. Nueve años más tarde, también a la hora novena, Dante y Beatriz vuelven a reencontrarse. La recurrencia del número nueve, de raíz trinitaria, sugiere el carácter sagrado de Beatriz, que simboliza la virtud y la fe divinas.

En la Florencia de finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV, los poetas del dolce stil novo, entre los que se encontraban Dante y otros compañeros como Guido Cavalcanti, consiguieron transformar el amor en un sentimiento purificado que servía (al menos en teoría) para llevar al poeta hasta Dios de mano de la amada, a la que se representaba como una dama con atributos angelicales. En una época en que las humanidades y las ciencias estabas estrechamente ligadas, la literatura, la teología y la filosofía no se comprendían sin recurrir a las matemáticas. Sin los números y la geometría, la Vida nueva y la Comedia no serían posible, pues es el entramado numerológico y sus significaciones interpretativas lo que permitió a Dante dar forma a estas dos grandes obras de nuestra literatura.

 

Bibliografía y más información

—Micó, José María. Prólogo y comentarios a la Comedia. Barcelona: Acantilado, 2018.

—Pinto, Raffaele. Prólogo y notas a la Vida nueva. Madrid: Cátedra, 2003.

—Numerology in Dante's Divine Comedy.

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