¿Podrían los surrealistas elefantes de patas largas de Salvador Dalí existir gracias a la selección natural? En esta intrigante exploración, Beatriz Sánchez Lueje nos invita a imaginar una conversación entre dos genios: Darwin, con su teoría de la evolución, y Dalí, con sus oníricas creaciones. Partiendo de una mutación genética, nos adentramos en cómo la selección natural podría, en teoría, favorecer a elefantes con patas cada vez más largas, siempre y cuando esto les proporcionara una ventaja evolutiva. Sin embargo, nos encontramos con límites impuestos por la genética, la física y la biología, que hacen de estas criaturas una imposibilidad en la práctica. Al final, aunque la ciencia y el arte encuentran puntos de convergencia fascinantes, las leyes naturales imponen restricciones insalvables. Imaginen la conversación que surgiría entre Darwin y Dalí en un bar, discutiendo estas sorprendentes posibilidades evolutivas.
Encontramos elefantes en varios cuadros de Dalí. Se consideran un símbolo de fuerza, y para demostrarlo casi siempre llevan algo a cuestas (en este caso, obeliscos, como en la estatua de Bernini de Roma). Sin embargo, Dalí da la vuelta al tópico pintándolos con patas largas que parecen frágiles, como las de algunos pájaros.
El mecanismo biológico que impulsa la evolución, provocando que los animales tengan unas características u otras, es la selección natural. Si las jirafas desarrollaron un cuello cada vez más largo, ¿podrían explicarse los elefantes de Dalí mediante la selección natural?
¿Cómo actuaría la selección natural sobre los elefantes de Dalí para que tuvieran las patas largas?
Darwin propuso la selección natural en el siglo XIX y sin saber nada de genética. Ya en el siglo XX, los biólogos incorporaron la genética a la idea de Darwin, creando una teoría más completa, que es la que vamos a utilizar aquí.
Primero se tendría que producir una mutación en el gen de la longitud de las patas, haciendo que fueran un poco más largas. Este cambio tendría que suponer alguna ventaja: por ejemplo, que el elefante con la mutación se pueda alimentar de la comida de los árboles más altos. Si puede conseguir comida más fácilmente que los demás elefantes, tiene más probabilidades de sobrevivir hasta la edad adulta y, por tanto, reproducirse. Como es un cambio genético, sus hijos heredarán el gen con la mutación, así que tendrán las patas un poco más largas que el resto de los elefantes.
Si tener las patas largas fuera ventajoso, los elefantes con la mutación se reproducirían más que los de patas normales, así que después de unas generaciones la mayoría de los elefantes tendrían la mutación.
Entre estos elefantes mutantes, algunos podrían sufrir otra mutación más, haciendo que sus patas fueran todavía más largas. Si esto todavía fuera una ventaja, serían los de patas más largas los que más se reproducirían. Así, generación tras generación, las patas de los elefantes irían alargándose hasta llegar a los elefantes de Dalí.
En resumen:
1.Mutación. 2.Ventaja. 3.Mayor tasa de reproducción. 4.Se transmite la mutación a la descendencia.
Pero tiene que haber un límite. Si no, las patas de los elefantes crecerían hasta el infinito. En algún punto, tener las patas aún más largas dejaría de ser una ventaja. Los elefantes con las patas demasiado largas se reproducirían menos, así que la longitud de las patas se estabilizaría.
Estos límites de la selección natural pueden producirse debido al medio en el que vive el animal, la genética, las leyes de la física o el propio animal.
Restricciones del medio: una mutación es ventajosa cuando permite adaptarse mejor al medio. Antes dijimos que las patas largas de los elefantes eran una ventaja porque les permitían alimentarse de los árboles más altos. Pero, si las patas fueran demasiado largas incluso para estos árboles, dejarían de ser una ventaja.
Restricciones genéticas: los seres vivos están limitados por los genes de sus antecesores. Por ejemplo, un elefante, que lleva siendo un animal terrestre toda su historia, no puede desarrollar de repente todos los genes que harían falta para tener alas. Pero sí podría sufrir una mutación sobre uno de sus genes que regulen el color de la piel, y, si esa mutación le aportara alguna ventaja (por ejemplo de camuflaje), podría reproducirse y transmitirles el nuevo rasgo a sus hijos.
Gravedad: limita el tamaño del animal, ya que llegaría un momento en el que los huesos y músculos no podrían soportar el peso. Las patas largas de los elefantes de Dalí necesitarían un sistema locomotor (huesos + músculos) muy desarrollado.
Complejidad interna: en general, cuanto mayor sea el tamaño de un animal, mayor es su complejidad interna. No conozco a ningún biólogo al que le guste hablar de complejidad (es un tema un poco polémico), pero aplicado a los elefantes de Dalí es fácil poner un ejemplo: con esas patas tan largas, necesitarían tener un sistema súper eficaz de transporte de sangre, ya que todas las partes del cuerpo necesitan recibir sangre oxigenada (con oxígeno y otros nutrientes). Un posible problema serían los pies del elefante, por estar tan lejos del corazón, que es el que bombea la sangre. Si nosotros ya necesitamos ayudarnos del movimiento muscular para que la sangre circule bien (por eso recomiendan mover las piernas después de estar mucho tiempo sentados), los elefantes de Dalí lo tendrían muy complicado.
Así que, sí. En teoría, se puede explicar cómo habría actuado la selección natural para que los elefantes de Dalí tuvieran las patas tan largas. Pero hay muchas restricciones que lo hacen imposible en la práctica. Me imagino que, si Darwin y Dalí entraran en un bar, tendrían una conversación interesante al respecto.
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