Margarita Salas, Marie Curie y Lise Meitner entran en un bar
Podría ser el inicio de un chiste, pero no lo es. Esta escena imaginaria reúne a tres mujeres extraordinarias que cambiaron el curso de la ciencia: Marie Curie, pionera de la radiactividad; Lise Meitner, física austriaca que contribuyó al descubrimiento de la fisión nuclear; y Margarita Salas, bioquímica española que revolucionó la biología molecular. Cada una de ellas dejó una huella imborrable en su campo y enfrentó desafíos para abrirse camino en un entorno dominado por hombres. Curiosamente, sus vidas están conectadas no solo por sus logros, sino por una efeméride compartida: el 7 de noviembre, fecha en la que celebramos el nacimiento de Curie y Meitner y recordamos el fallecimiento de Salas.
Marie Sklodowska Curie, nacida el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia, es una figura icónica en la ciencia. Fue la primera persona, y sigue siendo la única mujer, en ganar dos premios Nobel en diferentes áreas: Física (1903) y Química (1911). Su trabajo en la radiactividad abrió un nuevo campo científico que revolucionó la física y la medicina. Curie y su esposo, Pierre Curie, investigaron materiales que emitían rayos misteriosos, fenómeno que posteriormente llamaron radiactividad, y descubrieron los elementos radio y polonio. Fue también la primera mujer en ocupar una cátedra en la Universidad de la Sorbona en París, aunque le llevó años de lucha ser aceptada en un mundo académico dominado por hombres.
A pesar de los prejuicios y la resistencia que enfrentó en su carrera, Curie demostró que la determinación y la pasión por la ciencia podían romper barreras. Su legado trasciende sus descubrimientos: fundó el Instituto Curie, una institución dedicada a la investigación y tratamiento del cáncer. Su vida y trabajo inspiraron a generaciones de mujeres a dedicarse a la ciencia, un campo que en su época era casi inaccesible para ellas. Sin embargo, el trabajo con materiales radiactivos tuvo un alto costo: Curie murió en 1934 por anemia aplásica, una enfermedad causada por su constante exposición a la radiación. Su sacrificio no fue en vano, y su ejemplo aún brilla como una inspiración para científicos de todo el mundo.
Lise Meitner: La física que descubrió la fisión nuclear
Lise Meitner, nacida el 7 de noviembre de 1878 en Viena, fue una de las mentes más brillantes de la física del siglo XX. Especialista en física nuclear, Meitner fue parte del equipo que descubrió la fisión nuclear, un avance que cambió la historia de la ciencia y, de manera desafortunada, fue utilizado en la creación de armas nucleares. Meitner comenzó su carrera en la Universidad de Viena y luego se trasladó a Berlín, donde trabajó en el laboratorio de Otto Hahn, quien se convertiría en su colaborador durante más de 30 años.
En 1938, durante el régimen nazi, Meitner tuvo que huir de Alemania por sus raíces judías. Desde su exilio en Suecia, mantuvo correspondencia con Hahn y, a través de estos intercambios, interpretó los resultados de un experimento que había realizado Hahn: la fisión del núcleo atómico. Meitner propuso el término “fisión” y explicó el fenómeno, convirtiéndose en la "madre" de la energía nuclear. Sin embargo, su contribución fue ignorada cuando Hahn recibió el Premio Nobel de Química en 1944, un acto que fue duramente criticado en los años posteriores.
A pesar de su exclusión del Nobel, Meitner continuó trabajando en física nuclear y se convirtió en una fuerte defensora del uso pacífico de la energía nuclear. Su vida fue una lección de resistencia frente a la injusticia y de compromiso ético en la ciencia. El elemento meitnerio (Mt) fue nombrado en su honor, un merecido reconocimiento a una científica que abrió puertas en un campo entonces dominado por hombres.
Margarita Salas: La bioquímica que revolucionó la genética
Margarita Salas Falgueras nació en Canero, Asturias, en 1938 y fue una de las bioquímicas más destacadas de España. Se convirtió en pionera de la biología molecular en el país y fue discípula de Severo Ochoa, Premio Nobel y uno de los científicos más reconocidos en el ámbito de la genética. A su regreso de trabajar con Ochoa en Nueva York, Salas comenzó a investigar el bacteriófago phi29, un virus que infecta bacterias y cuya ADN polimerasa resultó ser extremadamente eficiente para amplificar material genético.
El descubrimiento de esta polimerasa fue revolucionario para la genética y la biotecnología. La técnica que desarrolló Margarita Salas ha sido utilizada en estudios genéticos, en medicina forense y en biología molecular en todo el mundo, abriendo la puerta a métodos más eficientes y económicos para la amplificación de ADN. Su trabajo también fue crucial para la investigación de enfermedades hereditarias y el diagnóstico temprano de diversas patologías. Margarita Salas fue también una defensora del papel de la mujer en la ciencia y una inspiración para jóvenes científicas en España y el mundo.
Salas fue la primera mujer en la Real Academia de Ciencias de España y recibió numerosos premios y distinciones, entre ellos, el Premio al Inventor Europeo por toda su trayectoria, concedido por la Oficina Europea de Patentes en 2019. Falleció el 7 de noviembre de 2019, dejando un vacío en la ciencia española, pero también un legado que continúa inspirando a nuevas generaciones.
Una mesa redonda de mentes brillantes
Si estas tres mujeres se encontraran, sus diálogos podrían ser fascinantes. Marie Curie podría hablar de la dificultad de ganar reconocimiento en una época en la que las mujeres no tenían ni siquiera acceso a estudios universitarios en muchos países. Lise Meitner, a su vez, podría reflexionar sobre las implicaciones éticas de los descubrimientos científicos, dada la forma en que la fisión nuclear, su descubrimiento, se usó en la guerra. Margarita Salas, la más joven de las tres, podría compartir su perspectiva sobre cómo, a pesar del avance de las mujeres en ciencia, las barreras y los prejuicios aún persisten en el siglo XXI.
En conjunto, estas mujeres representan diferentes épocas y retos, pero también un compromiso común con el avance del conocimiento. Enfrentaron obstáculos no solo en el laboratorio, sino también en una sociedad que limitaba las oportunidades para las mujeres en ciencia. Desde la radiactividad hasta la fisión nuclear y la genética molecular, su legado permanece como un testamento de la curiosidad, la resiliencia y la dedicación que caracterizan a la verdadera ciencia.
Lo que nos dejaron…
La influencia de estas tres científicas es evidente en el avance de campos clave de la ciencia moderna. La radiactividad de Curie sigue siendo fundamental en medicina y tecnología, y su legado ha impulsado la igualdad de género en el ámbito académico y científico. La fisión nuclear de Meitner no solo revolucionó la física, sino que también dejó una advertencia sobre los límites éticos de la ciencia, tema relevante en la era de la inteligencia artificial y la edición genética. Margarita Salas, por su parte, no solo dejó herramientas innovadoras en genética, sino que también fue una voz activa en defensa del rol de las mujeres en la ciencia.
En conclusión, Marie Curie, Lise Meitner y Margarita Salas han abierto camino para generaciones de mujeres y hombres en ciencia. Sus vidas y logros nos enseñan que el conocimiento es un motor de cambio, capaz de desafiar fronteras y de inspirar a la sociedad a avanzar hacia un futuro más justo y equitativo.
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