Donde viven los gigantes: un calamar gigante en la costa asturiana
La mañana del viernes 11 de octubre de 2024, el mar arrastró a la playa del Sablón, en Llanes (Asturias), un calamar gigante. El ejemplar es de la especie Architeuthis dux, que habita entre los 300 y los 1200 metros de profundidad. Aunque no es rara su presencia en el cantábrico, no sabemos mucho de ellos. La mayoría de la información procede, como en este caso, de cuerpos arrastrados a la costa, a menudo dañados, y por tanto difíciles de medir.
Aun así, sabemos que son grandes. Según la web del museo Smithsonian de Historia Natural (Washington D.C.), el mayor Architeuthis dux medido contaba con 13 metros de longitud total.
Este fenómeno se conoce como “gigantismo de las profundidades” (del inglés, deep- sea gigantism), y es el aumento de tamaño en las especies de las profundidades del océano en comparación con sus parientes de la superficie. Además del calamar, se ha observado también en crustáceos y gasterópodos.
Todavía no se ha llegado a ninguna explicación definitiva sobre el gigantismo de las profundidades, pero hay algunos estudios al respecto. Uno de ellos, publicado en 2006 y apoyado por otro estudio de 2010, propone que la causa principal es la escasa disponibilidad de alimento en las profundidades del océano (por debajo de los 200 metros). El aumento de tamaño es una de las estrategias para combatir la escasez de alimento: en el océano, donde la comida puede estar dispersa a lo largo de cientos y cientos de metros, los animales más grandes pueden recorrer un área mayor en busca de alimento.
Según Fernando Fernández-Álvarez, investigador del CSIC, otras ventajas del gigantismo podrían relacionarse con la competencia y la depredación.
Por un lado, los animales más pequeños que también están buscando alimento no van a poder competir con un calamar gigante. En palabras de Fernández-Álvarez, “si viene a quitarte la comida un calamar, casi mejor se la dejas y que la disfrute con calma mientras te piras”.
Por otro lado, el mayor tamaño también le permite defenderse de sus depredadores. Hay que tener en cuenta que el Architeuthis dux es una de las presas favoritas del cachalote, una ballena que suele alcanzar los 16 metros y en la que se han encontrado en varias ocasiones cicatrices de sus batallas con los calamares gigantes.
Además, con un cuerpo más grande, el calamar gana también unos ojos más grandes. En conjunto, esto favorece su capacidad para detectar depredadores y presas con la escasa luz del océano, y le aporta mayor rapidez para huir o atacar.
En cualquier caso, ninguna explicación es definitiva. Para eso, necesitamos más información sobre las profundidades del océano. Sobre el lugar donde viven los gigantes.
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