K2-18b: Un mundo hyceano en la zona habitable

K2-18b es un exoplaneta que orbita una enana roja en la constelación de Leo, a aproximadamente 124 años luz de la Tierra. Con un tamaño 2.6 veces mayor y una masa 8.6 veces superior a la de nuestro planeta, se clasifica como una «super-Tierra» o «mini-Neptuno». Lo que lo hace especialmente interesante es su ubicación en la zona habitable de su estrella, donde las condiciones podrían permitir la existencia de agua líquida en su superficie.

Los científicos han propuesto que K2-18b podría ser un «mundo hyceano», es decir, un planeta cubierto por océanos y con una atmósfera rica en hidrógeno. Este tipo de mundos, aunque diferentes a la Tierra, podrían ofrecer condiciones adecuadas para formas de vida microbiana.​

Detección de compuestos orgánicos: ¿una señal de vida?

Utilizando el JWST, los astrónomos han analizado la atmósfera de K2-18b mediante espectroscopía de transmisión, una técnica que permite identificar los compuestos presentes al observar cómo la luz de la estrella se filtra a través de la atmósfera del planeta durante su tránsito.​

En estos análisis, se han detectado compuestos como metano (CH₄), dióxido de carbono (CO₂), sulfuro de dimetilo (DMS) y disulfuro de dimetilo (DMDS). En la Tierra, el DMS y el DMDS son producidos principalmente por organismos marinos, como el fitoplancton. Su presencia en la atmósfera de K2-18b, con una significancia estadística del 99.7%, ha generado un gran interés, ya que podrían ser indicadores de actividad biológica.​

Precaución ante posibles explicaciones abióticas

A pesar de la emoción que genera este descubrimiento, los científicos instan a la cautela. Es fundamental considerar que existen procesos abióticos que podrían generar compuestos como el DMS. Por ejemplo, estudios recientes han sugerido que el DMS podría formarse en ambientes cometarios sin intervención biológica. Por lo tanto, es necesario realizar más observaciones y estudios para confirmar la naturaleza de estos compuestos en K2-18b.​

Implicaciones para la astrobiología

Si se confirma que los compuestos detectados en K2-18b tienen un origen biológico, estaríamos ante la primera evidencia de vida fuera de nuestro planeta. Esto tendría profundas implicaciones para nuestra comprensión del universo y de la vida misma. Además, validaría la hipótesis de que los mundos hyceanos podrían ser hábitats comunes para formas de vida microbiana.​

Próximos pasos en la investigación

La comunidad científica está planificando nuevas observaciones con el JWST y otros telescopios para obtener datos más precisos sobre la atmósfera de K2-18b. Estas investigaciones buscarán confirmar la presencia de los compuestos detectados y descartar posibles explicaciones abióticas. Además, se explorarán otros exoplanetas similares en la búsqueda de señales de vida.​

Referencias :

• Madhusudhan, N., et al. (2025). Strongest hints yet of biological activity outside the solar system. University of Cambridge.​
• Hänni, N., et al. (2024). Evidence for Abiotic Dimethyl Sulfide in Cometary Matter. arXiv preprint arXiv:2410.08724.
• NASA (2023). Webb Discovers Methane, Carbon Dioxide in Atmosphere of K2-18 b. NASA.​
• European Space Agency (2023). Webb discovers methane and carbon dioxide in atmosphere of K2-18 b. ESA.​
• Wang, Y., et al. (2024). JWST Observations of K2-18b Can Be Explained by a Gas-rich Mini-Neptune. The Astrophysical Journal Letters, 963(1), L7.