Max Born. El fin de la certeza

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«Estoy convencido de que la física teórica es realmente filosofía». Max Born

TEXTO POR SANTIAGO CAMPILLO BROCAL
CIENCIA DE ACOGIDA
FÍSICA
26 de Julio de 2017

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A pesar de las comodidades y oportunidades que el Consejo de Asistencia Académica les brindó a él y a su familia, a Max Born nunca se le cayó la espina clavada. A su mujer, en palabras del físico, se le había roto el corazón por tener que abandonar su país natal. Él, ya por entonces una eminencia de brillante potencial, tuvo que renunciar a su pasado y su futuro en las universidades alemanas debido al auge irracional de las esvásticas. Cuentan que el mismísimo Max Planck fue a ver al führer para quejarse por la espantada (muy legítima) provocada entre los académicos de origen judío. También cuentan que Hitler echaba espuma por la boca en su respuesta. En cualquier caso, para entonces Born y su familia estaban ya muy lejos, tristes pero con la esperanza de una nueva vida bien agarrada. Una nueva vida que le brindaría la oportunidad de modificar la historia.

Un camino truncado

Max Born nació en Breslau, por entonces Prusia, en su momento Alemania y hoy Wroclaw, Polonia, en 1882. Su padre era especialista en anatomía y embriología y su madre procedía de una rica familia de industriales silesios. Acorde con su estatus, Born estudió en la Universidad de Breslau, Heidelberg y Zurich. Entre 1904 y 1906 estuvo en Gotinga donde fue alumno de los famosos matemáticos Felix Klein, Hilbert y Minkowsky. Se doctoró en 1906 con una tesis sobre matemáticas dirigida por Hilbert, la primera piedra de un camino lleno de hitos en matemáticas y física. Ya en 1921, con apenas 39 años, fue nombrado catedrático de física teórica en la Universidad de Gotinga. Gracias a su ingenio, y a la presencia de James Franck, Gotinga prosperó y se transformó con suma rapidez en uno de los centros principales de investigación en física de Europa. Los nombres de Pauli, Heisenberg, Fermi, von Neumann, Wigner y Dirac están escritos en los anales de aquella época, junto al de Born.

Eran tiempos mejores para la física que se descubría en Alemania. Entonces llegó 1933 y la llegada al poder del nacionalsocialismo ario. En apenas unos meses el clima social y político comenzó a amenazar la integridad física, económica y moral de los habitantes con raíces judías (entre muchos otros) de aquella sombría Alemania. Max Born, cuya ascendencia era judía, y que además se había casado con una mujer de raíces judías también, comenzó a ver el peligro. Ese mismo año fue destituido como profesor de la Gotinga por cuestiones raciales. Poco después, su amigo y adversario intelectual, Albert Einstein, le instaba a abandonar el país lo antes posible. Y por suerte lo hizo. A pesar de lo duro de su decisión, ese mismo año desembarcaba junto a su familia en Reino Unido, dejando atrás para siempre su tierra y su carrera en Alemania.

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