Blade Runner 2049. Muchacho, ¿quieres un poco de queso?

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La frase del título, perteneciente a La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, sirve perfectamente para ilustrarnos qué le depara al espectador de la esperada secuela de Blade Runner, la cual retoma algunos personajes de la trama original.

TEXTO POR ALFREDO MANTECA
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CIENCIA-FICCIÓN | CINE | RESEÑA
10 de Octubre de 2017

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Blade Runner en su día fue todo un fracaso en taquilla. Como los buenos quesos, fue cogiendo cuerpo con el paso del tiempo y este largometraje se convirtió en una cult movie gracias al videoclub. Ridley Scott llegó a montar hasta tres versiones más o menos distintas de la película. Ahora, los propietarios de los derechos del libro y productores del largometraje original han visto que era el momento ideal para adentrarse de nuevo en el universo creado por Philip K. Dick y hacer una secuela. Tras conocerse la noticia, la legión de fans comenzó a temblar, máxime después de ver cómo Ridley Scott había destruido ese gran clásico que es Alien con su revisitación en cintas como Prometheus y Covenant. Las redes sociales celebraron que Denis Villeneuve fuera el elegido para llevar a buen puerto la secuela de Blade Runner, debido al gran éxito comercial de La llegada y porque el realizador británico había dado un paso atrás alegando hallarse centrado en la trilogía protagonizada por el xenomorfo.

Blade Runner en su día fue todo un fracaso en taquilla. Como los buenos quesos, fue cogiendo cuerpo con el paso del tiempo y este largometraje se convirtió en una cult movie gracias al videoclub.

Hampton Fancher, uno de los guionistas del filme original, retoma de nuevo los personajes de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick para ir un paso más allá. Ayudado esta vez por su colega Michael Green, ambos nos trasladan al año 2049, época en la que las industrias Wallace dominan las colonias del espacio exterior y han tomado relevo a la Tyrell Corporation que quebró años atrás tras la rebelión de los Nexus. Niander Wallace sigue haciendo replicantes que son sumamente obedientes y sin fecha de caducidad. El filme comienza cuando el Agente K se desplaza hasta la granja de Sapper Morton situada en California. Allí hará un descubrimiento que le hará cuestionarse su identidad y también pondrá en peligro los cimientos de la sociedad. Este es el núcleo central de la trama que le sirve a Villeneuve para construir una vez más un thriller de tintes noir futuristas.

El realizador canadiense consigue hacer suyo el universo creado por Scott hace 35 años, hasta tal punto que hace que 2049 sea un futuro absolutamente verosímil: las inmensas granjas de proteínas y vegetales sintéticos de las industrias Wallace que dan de comer a un mundo sobrepoblado, los vastos vertederos a las afueras de las ciudades o las gigantescas extensiones de paneles solares. Sin olvidar la perpetua capa de polución sobre las grandes ciudades. Blade Runner fue una de las últimas películas de ciencia ficción realizadas sin efectos digitales. Douglas Trumbull realizó todo a la vieja usanza. Ahora, con todos los avances tecnológicos, el espectador apenas nota la diferencia entre la película original y esta secuela.

Por otro lado, Benjamin Wallfisch y Hans Zimmer han colaborado juntos en la construcción de la banda sonora. Zimmer, según ha reconocido personalmente, ha estado más centrado en las labores de producción. Wallfisch hace un excelente trabajo al tomar como punto de partida el score de Vangelis homenajeándole en su justa medida. Construyen una partitura atmosférica con tintes postindustriales cercanos en algunos momentos al tecno más hardcore mezclado con sutiles acordes de índole más tribal para las escenas de acción. Esto es así hasta el punto que bien podría haberla firmado Trent Reznor.

Tres personajes de la obra original vuelven a aparecer. Sin embargo, el más esperado, sin duda alguna, es el de Rick Decard, que se hará de rogar y aparecerá en el tercio final del filme. Esto es así porque la trama realmente gira en torno a K, siendo Rick algo secundario a la par que vital. Como curiosidad diremos que por fin tiene un perro sintético que le obedece fielmente.

La neolingua sigue existiendo y las ciudades continúan siendo absolutamente cosmopolitas. En ellas se mezcla de forma sutil ciberpunk y steampunk si atendemos al diseño artístico. En ese caldo de cultivo se mueven perfectamente los personajes creados por Fancher. El principal problema es que ninguno de ellos posee el carisma de Leon Kowalsky, J.F. Sebastian o Roy Batty, aunque son interesantes y están perfectamente interpretados. Hay que romper una lanza en favor de la interpretación de Ana de Armas, que está excelente, al igual que Sylvia Hoeks o Robin Wright. Ryan Gosling, por su parte, está magnífico haciendo de K y sabe conducirnos por los recovecos de este interesante thriller a pesar de las casi tres horas de metraje.

Villeneuve nos da una de queso a todos los fieles seguidores de Blade Runner porque esta secuela es digna del original.

Villeneuve nos da una de queso a todos los fieles seguidores de Blade Runner porque esta secuela es digna del original, aunque al gran público se le pueda hacer un poco indigesta, sobre todo porque la trama sigue siendo pesimista y muy oscura. Y a ello debemos sumar que el realizador canadiense se recrea en este mundo futurista, haciendo una narración muy descriptiva y rica en detalles, como es habitual en su cine. Todos los fans compraremos este queso porque posee el mismo aroma y sabor. Sus productores se han reservado la mitad para una próxima entrega, que a día de hoy desconocemos si tendrán el dinero y valor para acometerla. Lo cierto es que todos en mayor o menor medida queremos volver a zambullirnos y revolcarnos en ese universo distópico que nos atrapó hace mucho, por eso os recomendamos que vayáis a verla: a los fieles no os disgustará.

CRÉDITOS: imágenes cedidas por Sony Pictures España

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