Los colores de la Luna

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Ayer me pasó algo inusual. Como bien saben los que me conocen, de vez en cuando me gusta escaparme al campo. Ya sé que en pleno siglo XXII es algo poco habitual, tal vez por miedo a que el coche se te quede sin batería lejos de cualquier punto de recarga. Es por lo que siempre llevo una de repuesto. También un transformador casero por si tengo que hacer un apaño en alguna torre de alta tensión para cargarlas. Pero no quiero desviarme de lo que quiero contarles.

TEXTO POR ANTONIO PÉREZ VERDE
ILUSTRADO POR ANTONIO PÉREZ VERDE
ARTÍCULOS
ASTRONOMÍA | ECLIPSE | LUNA
23 de Julio de 2018

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Mi intención era irme al campo. Alejarme de la ciudad y de la nube de contaminación de Madrid para ver la salida de la Luna. Y como ya hemos dejado atrás la época más calurosa del año, me pareció una buena forma de recibir la inminente llegada del otoño. Por eso viajé al Este. Decidí llegar a un punto intermedio entre Tribaldos y Uclés, en la provincia de Cuenca. En este lugar me acomodé porque ver salir la Luna llena con la silueta del monasterio en primer plano iba a ser algo pintoresco.

Me senté en un pequeño montículo de piedras. Noté que una de ellas se movía, estaba un tanto suelta. No sin esfuerzo la pude mover con la intención de acomodarla y hacer el sitio más estable. Bajo ella había un hueco y en él algo que parecía una bolsa de plástico. Hacía años que no veía una. Metí la mano en el hueco y la agarré. Ya no recordaba el tacto de ese tipo de bolsas, pero lo que más me sorprendió es que había algo dentro. Abrí la bolsa y vi que había un cuaderno.

Estaba escrito a mano. La letra se entendía, aunque había palabras que apenas eran perceptibles. Sin embargo, por el contexto era fácil de comprender. Debía llevar mucho tiempo allí. Fui a la primera página y el manuscrito comenzaba con una fecha: 27 de julio de… ¡2018! ¡Estaba escrito hace 126 años! Puse la piedra ajustada para sentarme y echando un vistazo a las páginas vi que se trataba de un cuaderno de campo de algún visitante curioso de hace más de un siglo. Se me había pasado por la cabeza que tal vez fuera una cápsula del tiempo, pero usar una bolsa de plástico no era lo más normal; tal vez un descuido, pero tal y como estaba envuelto el cuaderno no parecía un olvido.

¿Tienen curiosidad por saber qué había escrito en el cuaderno? A continuación, les transcribiré su contenido: 

27 de julio de 2018

15:15 – Salgo de trabajar. Como todos los viernes, la hora de salir es la más deseada por todos. Pero para mí, este viernes es especial. Esta noche asistiré a un espectáculo que no sé cuando podré volver a ver. 

15:52 – Llego a casa. En la puerta está todo preparado: mi pequeño telescopio, la cámara de fotos con el teleobjetivo, mis trípodes, una silla plegable y una pequeña nevera de viaje a la que tengo que echarle hielo y alguna bebida. No debo olvidarme de hacerme un bocadillo. Tampoco de coger algo de ropa de abrigo porque incluso a finales de julio las noches pueden ser traicioneras y bajar mucho la temperatura. Mejor ser precavidos. Una siesta me vendrá bien. La noche podría ser larga.

18:13 – Tras remolonear un poco en la cama me he dado una ducha y me he puesto un pantalón largo de montaña. Un pantalón corto hubiese hecho que los mosquitos me comieran a picotazos. Me pondré también una camiseta de manga corta y encima una camisa fina de manga larga, sin abotonar, que tampoco quiero morir de calor. Que no se me olvide la luz frontal con pilas cargadas, el filtro rojo para no deslumbrar, un pequeño mapa celeste y el teléfono móvil cargado con una batería auxiliar, también cargada.

 

¡Un teléfono móvil! Mis abuelos me dijeron que antes se llamaban así. Son los precursores de lo que ahora son los Multitask o simplemente «Multi». La verdad, entiendo que dejaran de llamarlos “teléfonos”. Al fin y al cabo, lo que menos se hace con ellos es llamar a otras personas. Sigo con la transcripción: 

 

18:53 – Ya tengo todo en el maletero del coche, el depósito de combustible lleno y la nevera también. Voy sin rumbo. Tan solo sé que debo ir al Este para ver la salida de la Luna sin que edificios ni contaminación lumínica sean un impedimento. Salgo.

 

Esta persona buscaba lo mismo que yo. ¿Quién sería? Lo que me ha hecho gracia es que todavía usaba un coche de combustión. ¿Sería diésel o gasolina? Espero que hubiese elegido bien… Con respecto a legislar sobre la contaminación lumínica sí que fue un acierto. Ahora seguro que tenemos cielos más oscuros que hace 126 años. Sigo:

 

20:12 – He llegado a un destino apropiado. Al fondo tengo Uclés y su monasterio, un lugar que apenas sufre de contaminación lumínica. Me servirá. Voy a montar los equipos.

20:33 – Ya tengo todo montado: la cámara apuntando al lugar por el que saldrá la Luna, el eje de la montura del telescopio perfectamente alineada para que siga sin problemas el movimiento lunar y el bocadillo a punto de pasar a la historia. Miro el reloj y me doy cuenta de que a las 20:33 el eclipse umbral ya ha comenzado. Comenzó hace 9 minutos. Sin embargo, hasta las 21:23 no aparecerá la Luna en el horizonte de Uclés y no podré verlo. Voy a anotar las fases del eclipse en horario peninsular español para tenerlas a mano:

Inicio del eclipse penumbral: 19:14
Inicio del eclipse umbral: 20:24
Inicio del eclipse total: 21:30
Máximo del eclipse: 22:21
Fin del eclipse total: 23:13
Fin del eclipse umbral: 00:19
Fin del eclipse penumbral: 01:28

21:22 – Todo listo. Tengo la cámara preparada con el enfoque adecuado para fotografiar la Luna. Está a punto de aparecer. Cada vez que voy a ver un eclipse sufro la misma inquietud. Como si fuese la primera vez. Es algo irracional porque sé el momento exacto de cada una de las fases, pero aún así, unos nervios que no puedo controlar recorren mi cuerpo.

21:23 – ¡Ahí está! La Luna está saliendo por el horizonte. Se puede ver el límite que marca la sombra cuando tan solo ha aparecido una pequeña parte de ella. La parte eclipsada apenas es imperceptible por la claridad que todavía hay en el cielo. Se muestra como un pequeño triángulo muy pálido. Es espectacular, insólito y solo por esta imagen con apenas la Luna asomando en este entorno ha merecido la pena venir. 

21:27 – La Luna ya está completamente por encima del horizonte, aunque la claridad apenas deja ver la parte eclipsada. Es como si fuera una blanca y extraña Luna creciente, ya que el borde de separación es mucho más recto. Es impresionante y lo tengo todo fotografiado. 

21:30 – Empieza la totalidad y es como si la Luna hubiese desaparecido del cielo. Todavía no se aprecia ese color rojo mortecino tan típico de los eclipses lunares. Hay mucha claridad, pero poco a poco el cielo se irá oscureciendo más y más.

21:52 – Acaba de aparecer Marte sobre el horizonte. Será el otro gran protagonista de la noche ya que hoy es el día de mayor brillo desde 2003. En estos momentos su color rojo domina entre todos los objetos celestes

22:16 – Es un eclipse atípico porque la Luna ha ido pasando de un color azul muy extraño a uno rojo mortecino. Ha adquirido tonalidades que nunca había apreciado en un eclipse. ¡Sabía que no me defraudaría! Aquellas personas que dicen de los eclipses eso de «visto uno vistos todos» no saben lo que se pierden.

22:21 – Es el máximo del eclipse, el momento en el que la Luna está más cercana al centro de la sombra proyectada por la Tierra. Todavía no es el rojo mortecino al que los eclipses nos tienen acostumbrados.

22:47 – El eclipse avanza y aunque ya haya pasado el máximo, la Luna se ha vuelto más roja. Tal vez éste sea el momento de mayor enrojecimiento de la Luna.

23:13 – Termina la totalidad del eclipse. En breves momentos la blanca palidez de la Luna empezará a iluminar uno de sus bordes e irá creciendo hasta cubrirla por completo y tener una Luna típica. A pesar de que el eclipse penumbral no es visible a simple vista, intentaré cazarlo con mis fotografías.

23:45 – La blanca palidez ya inunda casi la mitad de la superficie de nuestro satélite. Queda poco más de media hora para que termine el eclipse umbral y a nivel visual daré por finalizado el eclipse. 

Sábado 28 de julio de 2018

00:19 – El eclipse umbral ha finalizado. Lo que queda de penumbral lo intentaré captar con la cámara de fotos. Pero lo que voy a hacer ya mismo es cambiar de posición al telescopio. Quiero ver Marte.

00:26 – Ya tengo Marte a tiro con mi pequeño telescopio. No se ve más que un pequeño punto rojo pálido. Está muy lejos a pesar de ser uno de los momentos que más próximo esté de nosotros. Esos 57,7 millones de kilómetros son demasiados. Además, aunque tuviera un telescopio más grande, la gran tormenta de polvo que está azotando el Planeta Rojo me impediría apreciar cualquier detalle en superficie. 

 

Tengo que reconocer que he visto un eclipse de Luna alguna vez. Más que nada por curiosidad. Pero jamás lo había visto a través de los ojos de alguien que espera impaciente el hecho de que la Luna se introduzca en el cono de sombra de la Tierra. Seguir la retransmisión en diferido de este eclipse ha sido emocionante. Supongo que cada uno tiene sus aficiones y vivirlas con pasión hace que se conviertan en un modo de vida.

Me resulta curioso que gente de otra época pueda ver en el cielo fenómenos que hoy son exactamente iguales. Las mismas estrellas, los mismos planetas, la misma Luna… Creo que es lo que menos cambia bajo la percepción de unas cuantas generaciones. Aunque supongo que nada es inmutable. Ni siquiera el cielo. En el transcurso de milenios puede que sí se aprecien cambios. Tendré que investigarlo. Termino la transcripción:

 

01:45 – Ya he recogido todo el material y ya tengo todo en el coche. Tras asegurarme de que dejo todo tal y como lo encontré voy a hacer algo que nunca he hecho. Voy a envolver este cuaderno en una bolsa de plástico y lo voy a meter en un pequeño montón de piedras que hay aquí al lado. No sé cuándo alguien leerá esto, si es qeu alguna vez sucede. Quizás pasen dos años, diez o tal vez cien. Pero lo lea quien lo lea, me gustaría que supiera que un 27 de julio de 2018 hubo un eclipse total de Luna, el más largo del siglo y que estuvo además acompañado por el máximo brillo que Marte tuvo en años. Fue una noche en la que todo salió según lo previsto. Y el eclipse tuvo una vistosidad tal que seguramente haya sido uno de los eventos más fotografiados del año.

 

Nota del autor: Este relato, a pesar de ser ficticio, tiene una base real: el eclipse lunar del 27 de julio de 2018, el más largo del siglo y que además estará acompañado por la oposición de Marte, adquiriendo su mayor brillo desde 2003. El eclipsé será visible desde España aunque la Luna saldrá ya por el horizonte parcialmente eclipsada. Se verá durante más tiempo cuanto más al Este nos situemos. ¡Disfruten del eclipse!

 

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