Los animales de La Torre de Londres

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La Torre de Londres es un castillo a orillas del Támesis que se fundó en 1066 como parte de la conquista normanda de Inglaterra. Esta fortaleza, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha servido a lo largo del tiempo como armería, prisión, tesorería, Real Casa de la Moneda, casa de las joyas de la Corona del Reino Unido y entre otras funciones… la de uno de los primeros zoológicos.

TEXTO POR JESÚS DAVID TAVIRA
ILUSTRADO POR JESÚS DAVID TAVIRA
ARTÍCULOS
ZOOLOGÍA
30 de Julio de 2018

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El hecho de que pongamos la palabra zoológicos en cursiva responde a que esas instituciones todavía distaban mucho de ser lo que hoy entendemos por un zoológico. El primero que se asemeja a esa idea surgió en Viena, hacia el año 1765. Anteriormente, era frecuente encontrar colecciones de animales salvajes que evidenciaban la ostentación de reyes, conquistadores y, en general, gente con grandes fortunas que gustaban de aglutinar la mayor cantidad de animales extraños. En muchas ocasiones estos animales eran entregados como regalos y se exhibían como una prueba de poder.

Sin ir más lejos, esa es la historia de los primeros animales que habitaron en la Torre de Londres. En febrero de 1235, la princesa Isabel, hermana de Enrique III de Inglaterra, contrajo matrimonio con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico II. Para celebrar el enlace, él obsequió a su cuñado, el Rey Enrique III, con tres leones, que fueron alojados en la Torre de Londres, dando así comienzo una etapa en la que se mantuvieron animales salvajes en la Torre durante unos seiscientos años. En este prolongado período de tiempo, los leones se convirtieron en las más importantes bestias reales y los sucesivos reyes y reinas los quisieron mantener en la torre como símbolo de su supremacía. La jaula donde vivieron estos animales se llamó la Torre de los Leones y especialmente orgullosos se sentían de las camadas de leones que nacían allí. El rey Jaime I llegó a diseñar una tetina para alimentar a los cachorros de león.

Tal era el vínculo que los monarcas desarrollaron con estos animales que frecuentemente les ponían nombres relacionados con las personas más poderosas y se pensaba que esas personas y el animal con su nombre quedaban asociadas. De hecho, hubo una leona llamada Elisabeth que murió en 1603 y la gente también esperaba que la achacosa reina Isabel I muriera al poco tiempo de haber muerto la leona que llevaba su nombre y… ¡ocurrió! La reina murió en marzo de 1603.

En 1936, durante unas excavaciones arqueológicas fueron desenterradas dos calaveras de león datadas en el período medieval e e identificadas como leones del Atlas o leones de Berbería del norte de África, una especie extinta hoy en libertad. Estas calaveras se mantienen actualmente en el Museo de Historia Natural de Londres. Junto a ellas aparecieron las calaveras de mastines en las ruinas de la Torre de los Leones. Este hallazgo no es de todo extraño porque se sabe que durante el reinado de Jaime I, entre 1603 y 1625, leones, osos y perros fueron utilizados para luchar entre ellos para entretenimiento del monarca.

Tal era el vínculo que los monarcas desarrollaron con estos animales que frecuentemente les ponían nombres relacionados con las personas más poderosas y se pensaba que esas personas y el animal con su nombre quedaban asociadas.

Los leones británicos se han convertido en un importante símbolo que representa el orgullo y el poder y se les puede encontrar desde en las esculturas de Trafalgar Square hasta en las camisetas de la selección inglesa de fútbol.

Además de los leones, los primeros animales en llegar a la Torre de Londres fueron  un elefante y un oso polar regalado por el rey de Noruega en 1252 que normalmente estaba encadenado, pero al que, en ocasiones, se le ataba a una larga cuerda y se le dejaba pescar y nadar en el Támesis. Estos primeros animales llegaron de Europa y del norte de África, pero con el tiempo, cuando las expediciones europeas ampliaron sus exploraciones por el planeta, los animales que llegaban a la Torre de Londres procedían de más y más lejos. Esta variedad de criaturas exóticas no venía más que a mostrar la influencia que tenía el rey en el mundo. La Torre de Londres llegó a albergar unas sesenta especies, incluyendo aligátores de América, tigres de Asia y canguros de Australia.

Además de los leones, los primeros animales en llegar a la Torre de Londres fueron  un elefante y un oso polar regalado por el rey de Noruega en 1252

Pero ¿cómo llegaban estos animales a la fortaleza? Muchos de ellos lo hacían tras largas y peligrosas travesías por el mar. Se sabe que en 1753 llegó por barco un gran babuino. Durante el viaje, mató a un joven al arrojarle un cañón encima, y, una vez en la torre, el babuino arrojaba a los visitantes cualquier cosa que encontrara. Los monos fueron otros de los animales que gozaron de mayor atención en la Torre de Londres. A ellos se los instaló en una habitación amueblada donde podían pasar los visitantes (hoy en día resultaría una locura dado que pueden ser potencialmente muy peligrosos) y se les incentivaba a imitar el comportamiento humano, como fumar tabaco en pipa, o se les incitaba a realizar prácticas peligrosas para divertimento del público. Una de estas atrocidades fue registrada en 1753, cuando un avestruz murió después de tragarse un gran clavo. Esto ocurrió porque durante mucho tiempo se pensó que los avestruces digerían el hierro y a veces los visitantes arrojaban clavos a estas aves.

Para los visitantes, estas «bestias reales» eran tan fascinantes y extrañas como criaturas míticas. Allí podían contemplar animales que nunca habían visto en la naturaleza y se les permitía acercarse mucho a ellos, a veces con terribles consecuencias. Se tiene registro de ataques de leones, serpientes, lobos, leopardos y monos. Por ejemplo, una de esas víctimas fue Mary Jenkinson en 1686. Mary estaba acariciando la pata de un león cuando este, de repente, cogió su brazo con las garras y la boca. Aunque los cirujanos amputaron el brazo a Mary, esta murió poco después. Aún así, ir a ver los leones y los demás extraordinarios animales de la torre era un gran acontecimiento para muchas personas y los londinenses llevaban a sus amigos y a su familia a visitar la colección de animales. De hecho, se les permitía llevar perros y gatos vivos para alimentar a las bestias de la torre. Como hemos apuntado al principio, y como se puede apreciar, son muy notables las diferencias con un zoo moderno. Afortunadamente, son muchos los avances que se han producido tanto para los visitantes como para los animales.

En 1753 llegó por barco un gran babuino. Durante el viaje, mató a un joven al arrojarle un cañón encima, y, una vez en la torre, el babuino arrojaba a los visitantes cualquier cosa que encontrara

Aunque fue una atracción tremendamente popular durante los seiscientos años que se mantuvo la colección de animales en la Torre de Londres, final y afortunadamente, se cerró al público en 1832 y muchos de los animales fueron trasladados al nuevo zoo de Londres. Después de cerrarse, la Torre de los Leones fue derribada y en su lugar se construyeron las oficinas de venta de entradas. Hoy en día, unas realistas esculturas de alambre de tamaño real de la artista inglesa Kendra Haste rememoran a los animales que habitaron la Torre de Londres. Pero ¿han desaparecido todos los animales de la torre? Todos no. Todavía permanecen los cuervos. Su presencia tiene que ver más con la leyenda, la tradición y la creencia relacionada con la protección de la Corona, muy respetada en Inglaterra. La creencia dice que si algún día los cuervos desaparecen de la Torre de Londres, o vuelan lejos, la Corona inglesa caerá y Gran Bretaña con ella.

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