Las mujeres que conquistaron la Luna

Portada móvil

Seguimos con nuestro especial sobre la llegada del ser humano a la Luna, que cumple medio siglo el 20 de julio. Y a todo esto, ¿sabéis cuántas mujeres han pisado la Luna? Por desgracia, ninguna… todavía. Pero en el histórico viaje del Apolo 11 también participaron mujeres y hoy os hablamos de algunas de ellas.

TEXTO POR LAURA DEL RÍO LEOPOLDO
ILUSTRADO POR BEATRIZ ENTRALGO
ARTÍCULOS | MUJERES DE CIENCIA
MUJERES DE CIENCIA | NASA
20 de Febrero de 2019

Tiempo medio de lectura (minutos)

Katherine Johnson tenía cincuenta años en 1969 y el 20 de julio de aquel año estaba de viaje en las montañas Pocono, en Pensilvania. Desde allí, a casi tres mil kilómetros del Centro de Control de Houston, contempló por televisión el aterrizaje en la Luna y el histórico paso de Neil Armstrong.

Johnson, ahora centenaria, trabajaba entonces como matemática para la NASA y había contribuido a los cálculos que ayudaron a sincronizar el módulo de aterrizaje lunar (el Eagle), con el módulo de mando (el Columbia). «Había hecho los cálculos y sabía que estaban bien. Pero cualquier cosa podía ocurrir», contó después. Afortunadamente, lo que ocurrió es que el Apolo 11 cumplió con éxito su objetivo.

Aquella no fue la primera misión espacial en la que trabajó Johnson, nacida en 1918 en Virginia Occidental. Muchos la conoceréis por la película Figuras Ocultas (2016), que relata su papel en la carrera para que John Glenn se convirtiese en el primer estadounidense en orbitar la Tierra, en 1962. La película refleja las barreras a las que tuvieron que enfrentarse Johnson y sus compañeras en aquella época por ser mujeres y negras.

A pesar de que entonces no se las tuviese muy en cuenta, John Glenn dijo que no despegaría hasta que Katherine Johnson hubiese confirmado los cálculos introducidos en los ordenadores. «Si ella dice que están bien, estoy listo para partir», proclamó John Glenn. Y así fue.

Antes de esa misión, Johnson ya había realizado análisis de cálculos para el primer vuelo espacial tripulado de Estados Unidos, protagonizado por el astronauta Alan Shepard en 1961. 

Otra de las mujeres clave en la primera visita del Homo sapiens a la Luna es Margaret Hamilton. Ella estuvo al frente del equipo que diseñó el software para que el Eagle se posase en la Luna con Neil Armstrong y Buzz Aldrin. En aquellos años no se estudiaba informática en las universidades y los programadores aprendían sobre la marcha. De hecho, fue la propia Hamilton quien acuñó el término «ingeniería de software».

Hamilton era matemática, como Johnson, y empezó a desarrollar software de predicción meteorológica en el Massachusetts Institute of Technology (el famoso MIT). Después trabajó en el proyecto SAGE elaborando programas para detectar aeronaves hostiles, lo que le dio puntos para acabar en el proyecto Apolo. 

«Vi un anuncio del MIT en el periódico que pedía “ingenieros de sistemas y software para enviar hombres a la Luna”. Y pensé que era una buena idea enviar a unos cuantos que conocía bien lejos», bromeó en una reciente entrevista con La Vanguardia.

Tenía treinta y dos años cuando se encargó de desarrollar el software del Apolo 11 y una de sus máximas fue el rigor: insistió en probar todo y simular cualquier situación imaginable para identificar posibles problemas. Sabía que no habría una segunda oportunidad.

Esa minuciosidad fue fundamental para el éxito de la misión, que podría haber fracasado en el último momento. Tres minutos antes del aterrizaje, el ordenador del Eagle empezó a recibir información innecesaria debido a un error en el interruptor del radar. Ese exceso de datos sobrecargó la computadora y disparó las alarmas, lo que podría haber llevado a abortar el alunizaje. Pero el programa desarrollado por Hamilton fue capaz de identificar la tarea prioritaria y eliminar otras menos importantes. El aterrizaje fue un éxito y el águila se posó en el nido: la Luna.

El trabajo de estas dos mujeres pasó desapercibido para el gran público durante décadas, como el de tantas otras en la historia. Sin embargo, en los últimos años han sido reivindicadas con películas como Figuras ocultas, ediciones especiales de Lego o con la concesión de la Medalla Presidencial de la Libertad, la mayor condecoración civil de Estados Unidos. Ambas la recibieron de manos del primer presidente negro del país, Barack Obama.

Comenzábamos diciendo que ninguna mujer ha pisado la Luna… todavía. Pero unos cuántos cráteres de nuestro satélite llevan los nombres de mujeres que han marcado la historia de la ciencia. Son pocos, una treintena, comparados con los centenares a los que se ha puesto nombre de hombres ilustres.

Tienen su hueco en la Luna investigadoras como Marie Curie, Lise Meitner, Maria Mitchel, Caroline Herschel o la primera mujer que viajo al espacio, la rusa Valentina Tereshkova. Pero faltan Ada Lovelace, Rosalind Franklin, Sally Ride, Mae Jemison… y un largo etcétera. Y, ¡oh, sorpresa!: tampoco están Katherine Johnson y Margaret Hamilton… todavía.

Deja tu comentario!