Me refugio en la teoría del enlace

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TEXTO POR ANDREA CHAPELA
ILUSTRADO POR JOSÉ PARADA
ARTÍCULOS
FÍSICA | POESÍA
4 de Noviembre de 2019

Tiempo medio de lectura (minutos)

Al despedirnos, éramos una interacción iónica,
donde uno le cede al otro todo electrón.

Qué teoría describía entonces la necesidad
de enredarnos a nivel cuántico
cuando nuestros dedos se superponían.

Al tenerte tan cerca no podía resistir
fusionar nuestros orbitales,
estirar el brazo en busca
de la curvatura de tu cuerpo junto al mío. 

Esos roces se han perdido.

Nos quedamos con la interacción más suave,
surgida en la estática de esta caricia incompleta. 

Nos rigen fuerzas de van der Waals,
dipolo con dipolo,
donde, cargados como estamos,
la cercanía de tu cuerpo induce al mío,
pero ya no sé lidiar con el factor electrostático
ni con los cambios de polaridad. 

Tanto tiempo de estar en equilibrio,
no sé entender el desenlace.

Con nuestra interacción molecular,
no puedo acostumbrar a mis manos
a permanecer de mi lado de esta mesa,
mientras tú estás frente a mí.

A pesar de la imposibilidad de un traslape
siento el cosquilleo de la estática
cuando tu dipolo atrae al mío,
cuando el pasado retumba en mis dedos
y no sé cómo responder.

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