El vuelo de SOFIA

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Parece la idea loca de un astrónomo pasado de vueltas a las tres de la mañana en un bar: «¿Que no puedo montar un telescopio en un avión? ¡Sujétame el cubata!». Porque SOFIA es precisamente eso: un telescopio que viaja a lomos de un avión.

TEXTO POR JUAN JOSÉ SÁENZ DE LA TORRE
ILUSTRADO POR CRISTIAN PINEDA
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ASTRONOMÍA | PLUTÓN | SOFIA | TELESCOPIO
27 de Agosto de 2020

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La noche del 23 de junio de 2011, un Boeing 747SP se deslizó por una pista de despegue en Palmdale, California, y puso rumbo al océano Pacífico con una misión única. A bordo del avión, un equipo de astrónomos cuidaba con mimo a un telescopio de 2,7 metros de diámetro, como si de un pasajero de primera clase se tratase. ¿Su tarea? Vigilar que los sensores no fallen, que el sistema de estabilización mantenga orientado el espejo, que las cámaras de guiado determinen correctamente qué parte del cielo están observando… Y todo con una foto en mente: ver a Plutón pasar por delante de una estrella lejana y obtener así datos sobre la temperatura, presión y densidad de la atmósfera de este lejano planeta planeta enano. A la hora de realizar esta foto, la estrella lejana, Plutón y el avión debían estar perfectamente alineados. Para complicar más las cosas, el telescopio debía elevarse lo suficiente como para atravesar una barrera invisible, que hacía imposible tomar la misma imagen desde un telescopio en tierra. Porque al surcar los cielos, SOFIA deja atrás el vapor de agua que hay en la atmósfera.

Pluton. Aunque parezcan dos puntos sutiles en un mar de estrellas, el paso de Plutón por delante de una estrella permitió obtener datos únicos sobre su atmósfera (Fuente: Rick Fienberg)
Pluton. Aunque parezcan dos puntos sutiles en un mar de estrellas, el paso de Plutón por delante de una estrella permitió obtener datos únicos sobre su atmósfera (Fuente: Rick Fienberg)

Este vapor de agua que contiene el aire que respiramos es un obstáculo casi infranqueable que se interpone entre los astrónomos en tierra y un montón de fenómenos sutiles que suceden en el espacio. Cómo se forman los planetas, cómo se distribuye el polvo entre las estrellas o cómo son en detalle las nebulosas planetarias que dejan tras de sí algunas estrellas al morir. Todos estos procesos emiten en el rango de luz infrarroja y las moléculas de agua en suspensión en la atmósfera absorben gran parte esta luz. Al ascender a unos 12 000 metros de altura, SOFIA deja por debajo de su fuselaje al 99% del vapor de agua de la atmósfera y, al abrir los ojos al cielo, permite a los astrónomos ver un universo con muchos más matices.

Los ojos de SOFIA, sus sensores, están diseñados con mucho cariño. Miran al cielo y, entre todos ellos, cubren casi todo el espectro infrarrojo: desde aquellas ondas más cercanas al rojo hasta aquellas ondas de baja energía del infrarrojo lejano. Cada uno de estos sensores es capaz de distinguir muchísimos matices en el infrarrojo. Si hablásemos de estos ojos en términos humanos, serían ojos capaces de ver todos los colores del arcoíris y distinguir entre matices de color muy cercanos. Como los ojos de una modista avezada que enseguida distingue entre fucsia y magenta.

Centrogalaxia.png El campo magnético es invisible a nuestros ojos, pero deja sutiles pistas en el infrarrojo. Gracias a las observaciones de SOFIA, los astrónomos pueden entender mejor por qué el agujero negro en el centro de nuestra galaxia es más tranquilo que otros agujeros negros
Centro de galaxia. El campo magnético es invisible a nuestros ojos, pero deja sutiles pistas en el infrarrojo. Gracias a las observaciones de SOFIA, los astrónomos pueden entender mejor por qué el agujero negro en el centro de nuestra galaxia es más tranquilo que otros agujeros negros

Gracias a sus sensores, SOFIA ha dejado imágenes sorprendentes y una cantidad de datos que tiene a multitud de astrónomos trabajando duro desde 2010. La foto de Plutón en 2011 permitió tener muchísima información sobre la atmósfera del planeta planeta enano, antes de que la sonda New Horizons hiciese una visita rápida en 2015. Sus sensores han permitido mirar al centro de nuestra propia galaxia para ver cómo es el campo magnético alrededor del agujero negro que vive allí.

La movilidad de SOFIA hace que sea un telescopio único: es capaz de trasladarse a donde sea para realizar observaciones de alto interés. Tristemente, parece que el futuro de esta misión corre peligro. Esperemos que su equipo pueda seguir adelante, mejorando las capacidades de este telescopio, único en su especie.

 

Fuente de las imágenes:

Pluton: https://www.sofia.usra.edu/multimedia/science-results-archive/sofia-successfully-observes-challenging-pluto-occultation

Centro de galaxia: https://www.sofia.usra.edu/multimedia/science-results-archive/magnetic-field-may-be-keeping-milky-way%E2%80%99s-black-hole-quiet

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