—¡Bienvenidos al concurso más esperado del año!¡Al evento televisivo más popular de todo Nicanor! Con todos ustedes, ¡el concurso de las E-MO-CIO-NES! Presentado por su humilde servidor… Johnny Homeostasis.

En el programa de hoy nuestros concursantes tienen el increíble desafío de responder sobre las emociones. ¿Interpretarán correctamente las emociones que les presentaremos? ¿Se reconocerán en ellas? Y ¿Sabrán explicarnos cómo y qué reacciones generan? Tarea nada sencilla que estos concursantes están dispuestos a llevar a cabo demostrándonos todo su conocimiento. Pero se estarán preguntando ¿y el premio? La supervivencia de Nicanor, su felicidad, ¡nada más ni nada menos!

He aquí en esta foto don Nicanor, al que debemos devoción. Con sus cabellos castaños y sus ojos marrones, tan jovial y alegre como cualquier niño de su edad. Sin embargo, ¡cuántas pruebas debe superar con tan solo ocho años! Va de risas a llantos, de exaltación a serenidad como si nada pasara… ¡Pues hoy descubriremos algo de lo que en realidad pasa!

Antes de presentar a nuestros concursantes, una preguntita a nuestro queridísimo público aquí presente para romper el hielo: ¿qué son las tan nombradas emociones? ¿Algún voluntario?¿Sí? ¡Micrófono para la niña de la tercera fila, por favor!

—Lo he buscado en el diccionario, siempre lo llevo conmigo, ¡mi mejor amigo! Una emoción es una «alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática».
—¡Cooorrrrrectooo! Y ¿has entendido?
—Eeeeh… no.
—¡Muchas gracias pequeña por participar y tu sinceridad! Vamos a ver, las emociones, como por ejemplo una inmensa alegría, nos hacen sonreír y que bata fuerte el corazón o, por el contrario, un llanto desconsolado, derramar lágrimas y respirar entrecortado. Al recibir un estímulo el cerebro tiene patrones para analizarlo, comprenderlo, generar una emoción y dictar una reacción del cuerpo en consecuencia. Estímulos como son el sol dándonos a la cara, que se rompa nuestro cómic preferido o un diez en matemáticas.

Después de esta agradable introducción, presentemos a nuestro primer concursante de hoy: Dopamina, importantísimo neurotransmisor, es decir, que transmite impulsos de una neurona a otra. ¿De dónde eres, Dopamina?

—Me encuentro en varias regiones del cerebro más profundo, donde recibo información y en solo trescientos milisegundos la traduzco al cerebro para que sepa que debe esperar una recompensa o castigo.
—¡Qué velocidad, impresionante! Aplausos para Dopamina, que nos permite reconocer situaciones placenteras y desagradables.

Y nuestro segundo participante de la tarde: Serotonina, otro neurotransmisor. ¡Háblanos de ti!

—¡Hola! A mí me encanta trasmitir bienestar y satisfacción y vivo en el cerebro, pero también en el intestino. Interesante, ¿no?
­—Qué decirte Serotonina, dentro Nicanor está todo interconectado, un equilibrio milagroso diría mi abuela. ¡Aplausos para Serotonina!

A su lado, el tercer concursante, con vosotros Noradrenalina. Ella tiene la particularidad de actuar como neurotransmisor o como hormona.

—Soy prima hermana de Adrenalina, como ella vivo encima de los riñones, y también en el cerebro, en locus ceruleus. Si hay que salir pitando… ¡ahí estoy yo!
— Gracias Noradrenalina, ¡qué animosa eres! ¡Aplausos para ti!

Nuestros otros tres concursantes también son hormonas, apreciadísimas mensajeras químicas que estimulan células. Hoy con nosotros tenemos a Cortisol.

—Buenas tardes, todo irá bien si no me estresan.
—Oxitocina.
—Bonjour, Amor es mi sobrenombre.
—Y Orexina.
—Pero hay un aperitivillo luego ¿no? Ay, que sino me da la flojera y encima no duermo.
—Como se darán cuenta, estimados televidentes, las hormonas tienen bastante carácter y no se andan con rodeos. ¡Aplausos para ellas!

Maravillosos nuestros seis concursantes de hoy, representantes de muchos otros neurotransmisores y hormonas implicados en el intrincado universo de las emociones.

Y demos comienzo a… ¡¡la ronda de preguntas!! Les recuerdo el funcionamiento: pasaremos imágenes de Nicanor en diferentes situaciones y los participantes sonarán sus pulsadores si se ven reflejados en ellas. Tendrán que nombrar emociones asociadas a dicha situación y explicar algunas reacciones generadas en el cuerpo de Nicanor.

¡Primera imagen! Miren qué delicioso pastel de chocolate se está comiendo nuestro muchacho. ¿Qué es lo que estará pasando por su cabeza?

—RIIIINNNGG.
—¿Sí, Serotonina?
—Muy fácil. Las emociones que asociamos son placer, saciedad. Cuando Nicanor come algo que le gusta mucho, como en este ejemplo, su tarta favorita, se libera dopamina lentamente, endorfina, y claro, yo misma, serotonina. Provoco que Nicanor esté tranquilo… ¡y feliz!
—Rrrrrespuesta correcta para Serotonina, que se ha reconocido estupendamente.

Ups, en la segunda imagen Nicanor se da cuenta que su hermano le ha pinchado el balón.

— RIINNG.
— RIIIIINNNNGGG.

Parecería que Dopamina y Cortisol sonaron simultáneamente, que dicen desde estudios…ah, ¿sí? Me comunican que Dopamina sonó primero.

—Ya empezamos, no me altero para no asustar a los televidentes, pero ¡que sea la última vez!
—No te acalores Cortisol, que esto ¡es solo un juego! Estimados concursantes, vamos a divertirnos que como reza el dicho «dime cómo te diviertes y te diré quien eres».

Pasemos a tu respuesta, Dopamina.

 ­—¡Ahí estoy yo! Las dopaminas cuando nos liberamos de manera abrupta producimos emociones intensas; en este caso, enfado, ira… Los ojos de Nicanor se ponen rojos de furia, sus músculos se tensan y cuanto más emocionado está, menos piensa. Podemos decir que la emoción atrapa su cerebro, no lo deja razonar.
—¡SEN-SA-CIO-NAL! Queridos televidentes, qué sabios concursantes los de esta tarde. ¡Punto para Dopamina!

Pasemos a la siguiente imagen. ¡Uy! Nicanor es perseguido por un perro del vecindario al que estaba molestando con una rama.

—¡RING!
—Qué atenta, Noradrenalina, ¡tu turno!
—Evidentemente, en este caso, Nicanor está muy asustado, alerta y en tensión. Estas emociones y sensaciones se la debemos a cortisol, hormona relacionada al estrés, y a mí. Las neuronas se sobreactivan para que el cerebro se despierte y Nicanor esté listo para la acción. Podemos decir que el corazón se le escapa por la boca y que la sangre fluye a toda velocidad hacia los músculos para que no les falte ni nutrientes ni oxígeno.
—Bravo, Noradrenalina, ¡has acertado! Vamos ahora con la publicidad.

«Si feliz quieres ser, lalalá, lalalé, que mejor que un dulce, el dulce Trelelé».

—Muchas gracias a nuestro auspiciante Trelelé y ¡seguimos con el concurso!
—Qué desgracia de foto, audiencia… Nicanor llora desconsoladamente porque se cayó y sangra su rodilla.
—RINNNNNGGGG.
—¡Yo, yo ahora sí yo!
—Ahora sí, estimado Cortisol, no te me agites.
— Puedo decir sin temor a equivocarme que Nicanorcito se siente triste y temeroso. Raro que yo lo diga, pero no hay de qué preocuparse, es más, su llanto hace humano a Nicanor, busca consuelo. Dentro de Nicanorcito, la velocidad con la que se interpreta lo ocurrido aumenta, como así también el consumo de glucosa y oxígeno. Aumenta la presión con la que corre la sangre y su respiración. ¡Todo aumenta! Por eso cansa mucho. No de más está decir que el cortisol se libera en este proceso.
—Muchas gracias por esta maravillosa respuesta Cortisol, y por tu arduo trabajo.

La próxima imagen, estimados concursantes, está relacionada a la anterior: Nicanor que recibe un abrazo de su papá tras semejante caída. ¡Ah, qué bien que se siente eso!

—RING, RING.
—Estabas muy callada, Oxitocina, a ti la palabra.
—Esta imagen me hace estar orgullosa de mi función. Las emociones que siente Don Nicanor son de alivio, ternura. Ejemplos como un abrazo o la risa alivian tensiones, tristezas… se libera oxitocina para que Nicanor se sienta feliz. Las oxitocinas somos hormonas relacionadas con los nexos sociales, la empatía y solidaridad: ayudar a otros hace sentir bien también.
—¡Clara y concisa tu respuesta correcta, Oxitocina!

Pasemos a la siguiente imagen. Esta vez Nicanor no puede dormirse: da vueltas en su cama, bebe agua, come una galleta…

—¡RING!
—A ver, Orexina, cuéntanos qué sucede.
—Nuestro pequeño siente ansiedad e irritación. Mea culpa, cuanta más orexina, más activo e irritable está el cerebro de Nicanor. En este estado aumenta la temperatura del cuerpo y se mueve de un lado al otro, gastando mucha energía y sintiendo hambre.
—No puedo creer que nuestros concursantes se identifiquen tan rápido con la situación que generan, ¡muy bien, Orexina!
—Y nuestra última pregunta de la tarde para desempatar y conocer al ganador; una imagen muy bien traída para finalizar nuestro concurso: Nicanor que medita junto a su mamá.
—RIIIIIIINNNNGGG.
—Noradrenalina, ¡atención a la respuesta!
—Fácil, sigue sin dormirse porque está alerta.
—Noradrenalina… ¡te has equivocado por ansiosa!
—RING, RING
—¿Preparada para responder, Oxitocina?
—Meditar brinda hermosas emociones como la serenidad y la compasión a Nicanor.  Al concentrarse en su respiración, su cerebro y su cuerpo se calman, sus emociones se modifican también. La relajación llega al respirar pausadamente. Se libera oxitocina y se reduce el cortisol.
—¡Otro punto para Oxitocina, la hormona del amor! De esta manera señoras y señores se convierte en ¡la ganadora del concurso más importante de todo Nicanor!

¡Gracias a nuestros concursantes y a todos los neurotransmisores y hormonas que buscan la supervivencia de Nicanor! Un gran aplauso para ellos.

Muchas gracias por vuestra compañía estimados televidentes y nos despedimos hasta la próxima edición de nuestro ¡fantástico concurso de las E-MO-CIO-NES!