Una escuela muy especial

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Cuando llegó el momento de estudiar el planeta Tierra, Yex87, que es similar a un maestro o maestra de los que conocemos nosotros, dijo a sus estudiantes que iban a realizar una excursión, una salida al campo para investigar. Todos estallaron de emoción y saltaron en todas direcciones, sentían que una salida para ver las cosas por ellos mismos era mucho más interesante que leer o buscar la información en sus ultra pantallas proyectables.

TEXTO POR CAROLINA PIERABELLA
ILUSTRADO POR CAROLINA PIERABELLA
ARTÍCULOS | KIDS
PLANETAS | TIERRA
3 de Junio de 2021

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Así pues, prepararon sus petates y se lanzaron a la aventura. Yex87 había advertido que debían realizar la visita al planeta vecino cuidando de no ser vistos, pues sus habitantes se podrían asustar si veían criaturas desconocidas de planetas lejanos. Les había pedido también que se dividieran en grupos y que observaran distintas zonas del planeta al mismo tiempo. Algunos irían a la zona iluminada por el Sol, otros observarían qué sucede cuando la luz se transforma en sombra y otros visitarían el área que quedaba en oscuridad. En la siguiente clase compartirían sus diferentes experiencias.

La excursión fue todo un éxito. Se acercaron a la hermosa bola azul y pudieron realizar su visita con absoluta discreción. Llevaban, entre otras cosas, los extra largavistas escolares para misiones espaciales.

Ya de vuelta, Yex87 pidió que contaran lo que habían observado. El grupo que fue a la zona alumbrada por el Sol había observado una ciudad con colores estridentes, grandes edificios y muchos terrícolas en las calles yendo y viniendo. Los terrícolas grandes se dirigían algo apurados hacia algún lugar y otros más pequeños llevaban mochilas y se juntaban en edificios.

Los que observaron lo que sucede cuando la zona empieza a recibir sombra dijeron que los terrícolas estaban entrando a sus casitas humeantes y que empezaban a encenderse luces en las calles. También habían visto que los humanos se juntaban en algunos sitios donde bebían y se reían a carcajadas. Que a medida que la sombra ganaba el lugar, todo se volvía más silencioso y oscuro.

Por último, los que fueron a la oscuridad contaron que podían ver un poco gracias a que el satélite natural de la Tierra, la Luna, reflejaba la luz del Sol. Que habían visto muy pocos terrícolas, que las ciudades parecían abandonadas, y que entonces les llamo la atención una gran masa de enormes criaturas que no caminaban y que solo movían sus partecitas verdes con el viento. Decidieron acercarse y en esa penumbra oyeron sonidos desconcertantes y ojitos brillantes empezaron a aparecer. Entonces les dio mucho miedo y decidieron volver rápido.

Supieron, en ese momento, que además de humanos, en la Tierra existían muchísimas especies de flora y fauna. Además, el maestro Yex87 les contó que en toda esa variedad de fauna existen animales que realizan sus actividades en la oscuridad y que no hay que temerles.

Todos coincidieron en que los terrícolas, en su mayoría, hacen sus actividades cuando el Sol ilumina la zona en la que viven y que, a medida que la Tierra va girando sobre sí misma y la sombra se va apoderando del territorio, descansan. Yex87 dijo que el movimiento de la Tierra sobre si misma se llama rotación, que una vuelta completa se llama día solar y dura casi veinticuatro horas y que los humanos llaman «día» al tiempo que la zona queda expuesta a la luz del Sol y «noche» al tiempo de sombra u oscuridad.

Quedaron asombrados por la diferencia de perspectiva. Para ellos era muy claro ver desde el espacio que la Tierra con su forma esférica no puede ser alcanzada en toda la superficie por los rayos solares al mismo tiempo, de ahí que mientras una zona se encuentra iluminada, la opuesta está a oscuras. Sin embargo, cuando estuvieron en su superficie, les daba la impresión de que el cielo girara alrededor del planeta, de que el Sol no estuviese fijo, sino que caminara cruzando el cielo de este a oeste.

El maestro explicó también que la rotación es un movimiento constante del planeta, por eso, cuando estás en su superficie, nadie lo nota; y que la velocidad varía dependiendo en la parte del planeta en que te encuentres. En el ecuador, es decir; la línea imaginaria donde la Tierra alcanza su circunferencia máxima, la velocidad es de mil seiscientos kilómetros por hora, y a medida que nos alejamos hacia los polos, el lugar por donde pasa el eje imaginario de giro, la velocidad va disminuyendo hasta llegar a cero kilómetros por hora.

Si la Tierra de repente se detuviese, continuó el maestro Yex87, los humanos, el agua, la masas de aire y todo lo que hay en su superficie saldrían despedidos a mil seiscientos kilómetros por hora en todas direcciones. Se crearían grandes vientos y olas inmensas en los mares.

La visita al planeta Tierra les había permitido entender cómo el movimiento de rotación, con sus días y sus noches, organiza la vida de los humanos, pero habían visto tantas cosas que todavía tenían muchas preguntas: ¿qué otros movimientos realiza ese planeta? ¿Cómo afecta eso a la vida de sus habitantes? ¿Qué eran esos gigantes verdes que se movían con el viento? El maestro les dijo que investigarían todo eso en las próximas clases, pero los ojitos en la oscuridad les daban mucha intriga y no pudieron esperar. Querían acercarse otra vez a los animales nocturnos. Esta vez, llenos de coraje y con sus megas linternas infrarrojas se lanzarían a la aventura para conocer más sobre su vida y quizás hasta se harían amigos.

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