Gastrulation park

Portada móvil

Stem y yo solo queríamos huir: una masa informe nos perseguía. A nuestro alrededor, parches globulares se empujaban unos a otros. Sin misericordia, avanzaban arrasándolo todo a su paso. El temor se había apoderado de mí; temblaba. No obstante, en el preciso instante en que iba a ser engullido por una de aquellas grandes masas desiguales de células, recordé la advertencia que había empañado aquella reunión. Antes de que pudiera darme cuenta, aún atrapado en aquella imagen del pasado, Stem me salvó, empujándome hacia un lado.

TEXTO POR LARA PÉREZ
ILUSTRADO POR MARIO BARRACHINA
ARTÍCULOS
BIOLOGÍA | BIOLOGÍA CELULAR
19 de Agosto de 2021

Tiempo medio de lectura (minutos)

Gastrulation park había surgido como una idea, como una visión de futuro; una manera nueva e innovadora de abordar nuestras necesidades de desarrollo. Antes éramos solo unas pocas células. Si participábamos en Gastrulation park, si acudíamos a aquella asamblea y nos agrupábamos en forma circular, lo que llamaron gástrula, podríamos llegar a ser algo más: un cuerpo entero. Por eso, Gastrulation park se planteó como un proyecto con vistas a futuro, un sitio donde demostrar de manera arrogante la grandeza de nuestro poderío, de nuestra capacidad de creación. Cuando Stem y yo llegamos de la mano, Gastrulation park era simplemente un sueño. Cuando todo empezó a derrumbarse, Gastrulation park se convirtió en poco más que una pesadilla.

El desastre se precipitó cuando la mayoría de células comenzaron a actuar en masa y a dejarse llevar por sus impulsos. Entonces, guiadas por una fuerza desconocida para nosotros, comenzaron a engullirlo todo a su paso. Stem y yo nos esforzamos en escapar. Sin embargo, aquellos monstruos globulares terminaron por separarnos. Solo, me descubrí pronto en el interior de una masa informe que se retorcía en sí misma y crecía por momentos. En círculos, viajé en una onda que me condujo hacia un abismo desconocido. Sin saber por qué, yo también comencé a remar por aquel oleaje, fundido ya con aquel grupo específico que me acompañaría para siempre. Enseguida dejé de ser quien era para convertirme lentamente en otra cosa, en otro tipo de célula. Durante mucho tiempo estuve condenado a cambiar, a adaptarme, esclavizado por el grupo. Teníamos una misión común, construir un nuevo cuerpo, un cuerpo integrado por distintas partes diferenciadas. Cada vez me parecía más a todos los que me rodeaban; lentamente pasé a formar parte de ese conjunto con identidad propia. Esto tal vez me debería haber ayudado a ser feliz: por fin encajaba plenamente en ese conjunto en el que todos éramos iguales. Pero con frecuencia la nostalgia me impedía disfrutar de aquel proyecto que para mí solo encerraba disgusto. Todo estaba tan decidido, tan pre-determinado, tan diseñado que me producía rechazo.

Han pasado muchos años desde aquellos días. Hace mucho que Gastrulation park dejó de existir. Ahora el mundo está tranquilo, los grupos de células se han diferenciado por fin; cumplimos con nuestra misión. Ahora está muy claro a dónde pertenece cada cual: cada grupo es distinto, cada tejido corporal es único. No obstante, a veces recuerdo aquel último día antes de la reunión, el momento en que todo cambió para mí. Después de interminables carreras, de inconfesables luchas y derrotas, perdí de vista a mi amigo: fuimos engullidos por fuerzas opuestas. En mi memoria, Stem siempre será aquel espíritu infantil e ingenuo; esa célula incansable con grandes aspiraciones e innumerables posibilidades de desarrollo. Stem podía haber generado muchas estructuras, dando lugar a innumerables células y tejidos.  Sin embargo, solo llegó a desarrollar algunos órganos muy concretos, determinadas por aquella masa celular que le engulló. Desde mi celda, desde la prisión a este lado, he observado cómo Stem ha ido evolucionando, cambiando  hasta desarrollar los pilares de nuestro cuerpo. Debería sentirme orgulloso. Por desgracia, a menudo me pregunto qué hubiera ocurrido si las fuerzas que le engulleron a él le hubieran destinado a otro lugar; cómo sería ahora nuestro cuerpo. Con frecuencia pienso que todo este ambiente que nos rodea, nuestra propia fisonomía, sería diferente. A fin de cuentas,  nosotros no pudimos elegir: poco después de que nos engulleran aquellas masas celulares de Gastrulation park, nuestro desarrollo estaba ya determinado.

 

Referencia

Serrano Nájera, G., & Weijer, C. J. (2020). Cellular processes driving gastrulation in the avian embryo. Mechanisms of Development, 163(May), 103624. https://doi.org/10.1016/j.mod.2020.103624

 

Deja tu comentario!