Odón de Buen y su legado en la biología marina

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Odón de Buen y del Cos (Zuera, Zaragoza, España, 18 de noviembre de 1863— Ciudad de México, México, 3 de mayo de 1945), con su pasión, dedicación y contribuciones a la biología marina, se erige como una figura destacada en la historia de la ciencia, como fundador de la oceanografía española y uno de los primeros divulgadores de la teoría de la evolución de Darwin y Wallace en España. Su trabajo nos recuerda que cada pequeño organismo en el océano tiene una historia que contar y que nuestras investigaciones continúan revelando los secretos más profundos de la vida en la Tierra.

TEXTO POR QUIQUE ROYUELA
ILUSTRADO POR ANA GALVAÑ
ARTÍCULOS | EFEMÉRIDES | CIENCIA DE ACOGIDA
BIOLOGÍA MARINA | CIENCIA DE ACOGIDA | OCEANOGRAFÍA
18 de Noviembre de 2022

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Explorando el mundo submarino

La vastedad del océano ha intrigado a la humanidad durante siglos, pero fue gracias a la pasión y dedicación de científicos como Odón de Buen y del Cos que comenzamos a desentrañar los misterios de las profundidades marinas.

Odón de Buen se destacó como un biólogo marino pionero cuyo trabajo dejó una marca indeleble en el campo de la biología.

De Buen no solo fue un observador apasionado de la vida marina, sino también un innovador que desarrolló técnicas y herramientas que permitieron el estudio detallado de los organismos submarinos. Una de sus contribuciones más notables fue la creación del «astrágalo», un dispositivo que permitía recolectar muestras de organismos marinos de las profundidades sin dañarlos. Esto revolucionó la manera en que los científicos podían estudiar las especies que habitaban en las oscuras y misteriosas aguas.

El trabajo de Odón de Buen abarcó diversos aspectos de la biología marina. Investigó la ecología de diferentes hábitats marinos, desde las zonas intermareales hasta las fosas abisales más profundas. Sus observaciones y estudios detallados de la biodiversidad marina ayudaron a comprender cómo los organismos se adaptan a las cambiantes condiciones del océano.

Uno de los logros más destacados de Odón de Buen fue su trabajo sobre los ostrácodos, pequeños crustáceos marinos. Su investigación sobre la distribución y la morfología de estas criaturas proporcionó información valiosa sobre la evolución y la adaptación de los organismos marinos a lo largo del tiempo.

Además de su labor científica, Odón de Buen también desplegó esfuerzos para divulgar el conocimiento marino al público en general. A través de conferencias y escritos, compartió su entusiasmo por el mundo submarino, inspirando a otros a apreciar y respetar la belleza y la importancia de los océanos.

El legado de Odón de Buen perdura en el campo de la biología marina. Sus contribuciones no solo enriquecieron nuestro conocimiento de los ecosistemas submarinos, sino que también sentaron las bases para futuras investigaciones en este emocionante campo. Su habilidad para unir la curiosidad científica con la innovación técnica lo convierte en un modelo a seguir para aquellos que buscan explorar y comprender el vasto mundo oculto bajo las olas.

La lucha por la ciencia y la libertad

En la convulsa época de la Guerra Civil Española (1936-1939), la ciencia y el conocimiento también se vieron afectados por el conflicto político y social que sacudió al país. Uno de los científicos que vivió este difícil periodo fue Odón de Buen, un biólogo marino notable que enfrentó el exilio en busca de seguridad y libertad.

Odón de Buen, reconocido por sus contribuciones al estudio de la vida marina, encontró su vida y su trabajo amenazados por la guerra. Las diferencias políticas y la lucha por el poder dividieron a España en dos facciones, y la comunidad científica no fue inmune a estas tensiones. A medida que el conflicto se intensificaba, la capacidad de llevar a cabo investigaciones y trabajar en un ambiente de estabilidad se vio gravemente comprometida.

Ante esta situación, muchos intelectuales y científicos, incluido Odón de Buen, se vieron obligados a tomar decisiones difíciles para salvaguardar sus vidas y su capacidad de continuar con su labor. En su caso, el exilio se convirtió en la única opción viable. De Buen dejó su tierra natal y se estableció en México —previo paso por Francia, como casi todos los exiliados—, donde pudo encontrar un ambiente más propicio para continuar con su investigación y contribuciones al campo de la biología marina y la oceanografía.

A pesar de las adversidades, el exilio de Odón de Buen no detuvo su compromiso con la ciencia y la investigación. En México, continuó su trabajo en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde compartió sus conocimientos con estudiantes y colegas mexicanos. Su presencia en el país contribuyó a enriquecer la comunidad científica y a fortalecer los lazos entre España y México en el ámbito de la investigación biológica.

El exilio de Odón de Buen durante la Guerra Civil Española es un recordatorio de cómo los científicos y académicos a menudo se ven atrapados en circunstancias políticas fuera de su control. A pesar de las dificultades, su historia es un testimonio de la resiliencia y la determinación que los científicos pueden mostrar en situaciones adversas. Su capacidad para adaptarse a un nuevo entorno y seguir contribuyendo al conocimiento científico destaca la importancia de la ciencia como un esfuerzo global que trasciende las fronteras nacionales.

Así, el exilio de Odón de Buen durante la Guerra Civil representa una parte crucial de su vida y carrera. Su valiente decisión de buscar refugio en un país extranjero le permitió continuar con su labor científica y legado, recordándonos que incluso en tiempos tumultuosos, el espíritu de la investigación y el deseo de aprender pueden prevalecer, dejando una huella duradera en la historia de la ciencia.

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