¿Esto o aquello?

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Ante una pregunta aparentemente fácil como «¿qué consideras más importante: la comida o el sueño?», ¿qué responderías? ¿La comida, porque es la que proporciona nutrientes al organismo? ¿El sueño, porque permite el descanso del cuerpo para poder seguir funcionando? La respuesta a esto se obtuvo en el siglo XIX, a manos de una investigadora de origen ruso cuya inquietud por el tema la llevó a conclusiones que iban a contracorriente de lo que circulaba en las esferas científicas del momento.

TEXTO POR LAURA GÓMEZ CUESTA
ILUSTRADO POR JOEL OLMEDO
ARTÍCULOS | MUJERES DE CIENCIA
NEUROCIENCIAS
20 de Febrero de 2024

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¿Qué prefieres, la playa o la montaña? ¿Eres más de primavera o de invierno? ¿Helado o pizza? Es posible que, en más de una ocasión, hayas jugado al juego de «esto o aquello», aunque quizás te sea más conocido por su nombre en inglés, This or That. Si bien este es un juego que se ha estado haciendo indirectamente toda la vida, solo ha sido hasta hace unos años que ha adquirido popularidad y se le ha asignado un nombre. No es extraño que lo hayas jugado entre amigos en una tarde aburrida de agosto, con los compañeros de trabajo en el descanso o con tu familia en los días festivos. Es un juego que se presta a multitud de posibilidades y es para todos los públicos, de pequeños a mayores. Las preguntas pueden ser sencillas como «¿te gusta más el frío o el calor?» o «¿gatos o perros?», o más complicadas como «¿entre lógica o emoción, por qué te decantarías?».

No es muy descabellado que este mismo sistema, este juego, cuyo fundamento está en elegir una de dos opciones haya podido servir de base para muchas investigaciones dentro del mundo de la ciencia. Por ejemplo, podríamos querer saber si algunas necesidades del organismo son más importantes o, más bien, si priman unas sobre otras. Pongamos el caso de la comida y el sueño. Entre estas dos opciones, ¿cuál te parecería más importante para el mantenimiento de la vida? Algunas personas responderían que comer es lo más importante porque, gracias a la comida, el cuerpo puede obtener los nutrientes y la energía necesarios para funcionar; otras escogerían dormir porque el cuerpo también precisa descansar. Frente a este debate, ¿hay alguna respuesta acertada? Pues lo cierto es que esta pregunta fue resuelta hace un tiempo (134 años, para ser exactos) por una científica rusa llamada María Manasseina.

Al igual que en el juego This or That, María Manasseina se debió de hacer la misma pregunta que nosotros

Nacida en el año 1841, es considerada por muchos como una de las primera mujeres en ser licenciadas en Medicina en Europa. Interesada en amplias áreas del conocimiento como la bioquímica, la escritura, la educación o la fisiología, Manasseina fue una autora bastante prolífica. Uno de sus trabajos más famosos se enmarca en el mundo de la neurociencia.  Al igual que en el juego This or That, María Manasseina se debió de hacer la misma pregunta que nosotros: ¿qué tiene más trascendencia a la hora de conservar la vida: comer o dormir? Para poder resolver esta incógnita, estudió el efecto que tiene la privación prolongada del sueño en el individuo.

La investigación comenzó con unos cachorros y una serie de condiciones. Por un lado, puso a diez cachorros de entre dos y cuatro meses perfectamente alimentados y cuidados en estado de vigilia permanente obligándoles a moverse o tocándoles. Al cabo de unos cuatro o cinco días, la privación de sueño causó el fallecimiento de todos los cachorros. A forma de experimento control, otros cachorros, a los que sí se les permitió dormir, no pudieron comer durante veinticinco días aproximadamente. Al cabo de este periodo, fueron alimentados y, con el tiempo, alcanzaron una condición buena de salud. Los resultados de este estudio subrayan pues la importancia que presenta dormir para la vida.

En muchas ocasiones, las investigaciones no tienen por qué comenzar con preguntas escabrosas o enrevesadas, si no que, más bien, muchas de ellas empiezan como algo sencillo, una dicotomía: o esto o aquello.

En trabajos que se realizaron más tarde se ha observado que la falta de sueño continuada genera una serie de consecuencias en el cuerpo. Algunos ejemplos de las repercusiones que esto puede tener son la disminución de la temperatura corporal de entre 4 y 6ºC, la reducción de la cantidad de glóbulos rojos y afecciones a nivel cerebral (hemorragias cerebrales locales o deterioro de ganglios cerebrales son algunos síntomas). En contra de lo que era dominante en la época, que el sueño era algo inútil o banal, Manasseina concluyó que dormir es más importante para un organismo que comer, ya que este se puede recuperar de la falta de comida, pero no de la falta de sueño.

En 1889, la autora vertió todos sus trabajos relacionados con el sueño en una de sus obras más destacadas, El sueño como un tercio de la vida humana, o fisiología, patología, higiene y psicología del sueño. Este libro es visto como toda una «enciclopedia del sueño» y ha sido de gran utilidad para el campo de la somnología. De hecho, se considera que sus investigaciones sobre esta ciencia le resultaron de ayuda a Michel Jouvet, un célebre somnólogo perteneciente a la segunda mitad del siglo pasado.

Todo esto nos lleva a responder la duda que arrastrábamos desde el principio y este es un buen caso que ayuda a visibilizar que, en muchas ocasiones, las investigaciones no tienen por qué comenzar con preguntas escabrosas o enrevesadas, si no que, más bien, muchas de ellas empiezan como algo sencillo, una dicotomía: o esto o aquello.

BIBLIOGRAFÍA

María Manasseina, bioquímica y somnóloga. https://jralonso.es/2021/01/20/maria-manasseina-bioquimica-y-somnologa/

Metitieri & Mele. 2022. Women in neuroscience: A short time travel. Encyclopedia of Behavioral Neuroscience. Editorial Elsevier.

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