Ruth. Benedict. La antropóloga que defendió la igualdad

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Ruth Fulton Benedict no fue una investigadora al uso. La antropóloga y etnóloga de Nueva York estuvo vinculada a la antropología cultural y fue alumna de Franz Boas, uno de los investigadores representantes del relativismo cultural, con lo que Ruth dio la misma trascendencia a todas las culturas en una época donde Occidente se consideraba superior y el racismo dominaba la mayor parte del panorama científico.

TEXTO POR ANDREA GARCÍA
ILUSTRADO POR EMMA GASCÓ
ARTÍCULOS | MUJERES DE CIENCIA
ANTROPOLOGÍA | MUJERES DE CIENCIA
5 de Febrero de 2021

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Aunque este prefacio de talante enciclopédico es útil para encuadrar a Ruth Benedict en la historia de la ciencia antropológica, también resulta de interés hablar sobre su vida al otro lado de la academia. Fue hija de la profesora y bibliotecaria Beatrice Shattuck y del médico y cirujano Frederick Fulton. Su padre falleció en 1889, así que Beatrice cuidó arduamente de sus hijas —Ruth y su hermana menor, Margery— trabajando como bibliotecaria. Por desgracia, Ruth desarrolló una actitud aversiva y colérica hacia Beatrice por su perpetuo estado de desconsuelo ante la viudedad. Ruth siempre se caracterizó por ser una mujer tímida y reservada, y su temperamento retraído se acentuó debido al padecimiento de hipoacusia (sordera parcial). En 1905, Benedict y su hermana fueron matriculadas en el Vassar College (Nueva York) y Ruth se especializó en Literatura Inglesa, comenzando a escribir poesía bajo el seudónimo de Anne Singleton hasta los años treinta. Después del Vasar College, la futura antropóloga aún no se sentía encaminada en lo concerniente a su futuro académico y viajó a Europa.

Tras su viaje por el viejo continente se mudó a California y trabajó como docente en escuelas femeninas, época en la que contrajo matrimonio con el bioquímico Stanley Benedict. En los primeros años de la pareja, Ruth estuvo ensombrecida por la trayectoria de su marido. Pasó a desarrollar el rol femenino tradicional vinculado a los cuidados domésticos hasta descubrir que eran un matrimonio estéril, divorciándose en 1931. Sin embargo, el afán de Ruth por la antropología ya había comenzado en el año 1919, cuando se matriculó en The New School for Social Research y posteriormente conoció al antropólogo Franz Boas en la Universidad de Columbia. La tesis doctoral de Ruth Benedict titulada The Concept of the Guardian Spirit in North America (El concepto del espíritu guardián en ) se centra en la noción de espíritu guardián presente en los pueblos nativos de Norteamérica. Tras esta tesis, Ruth Benedict comenzó a trabajar en 1924 formando parte del profesorado de Barnard College. En ese tiempo conoció a la estudiante de antropología Margaret Mead: futura exponente de la antropología feminista. Ambas mantuvieron un romance tras el divorcio de Benedict, descubriendo esta última su bisexualidad. Sin embargo, la homosexualidad no fue legitimada políticamente durante la vida de ambas mujeres, por lo que gestaron una unión desaprobada por la sociedad patriarcal y heteronormativa.

También durante estos años Ruth ejerció por primera vez el trabajo de campo, aunque con dificultades por la sordera parcial que padecía. Se comunicó con los habitantes de las tribus Serrano, Pima y Zuni mediante intérpretes que le facilitaron la tarea de entender un idioma completamente ajeno y que además escuchaba como un susurro. Sus investigaciones antropológicas se centraron en la mitología, tal y como reflejan sus libros de los años treinta: Tales of the Cochiti Indians (Cuentos de los Indios Cochití) y Zuni Mythology (Mitología Zuni). La recopilación de cuentos sobre los indios cochitíes es considerada una de las primeras obras de antropología feminista, ya que otorga relevancia a aquellas historias con las mujeres como protagonistas. Es llamativo hablar de algunos cuentos como La mujer diabólica, el cual narra la historia de dos hermanas que viven juntas: Oheania y Okuronita. En el cuento aparece el pater familias como regidor absoluto de la casa, único miembro empoderado y hacedor del bien. Oheania falta a la promesa de cuidar a su hermana Okuronita, que tiene un bebé y está casada con el padre de familia, quien le ha exigido la vigilancia constante de Okuronita. La madre se sitúa en la pasividad, la hermana trae el mal al hogar, es decir, a la mujer diabólica: un ente que toma la identidad de Okuronita y transforma a esta en una paloma porque Oheania no estaba protegiéndola. Al final, las mujeres, incluido el espíritu femenino, están desempoderadas y encima son acusadas de engendrar graves problemas en el núcleo familiar.

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TEXTO COMPLETO EN PRINCIPIA MAGAZINE T4E2

RUTH BENEDICT. PRINCIPIA
Ruth. Benedict. La antropóloga que defendió la igualdad. Texto de Andrea García. Ilustración de Emma Gascó. Haz clic en la imagen para comprar el número en papel 

 

 

 

 

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