—¡Camarero...!
—¡Qué!
—¡Una de "fresa"!
—¿Una de "fresa"?
—Fresame, fresame muuuuchooooooo...

—¡Camarero...!
—¡Qué!
—¡Una de "sandía"!
—¿Una de "sandía"?
—Sandía una vez, un circo lleno de alegría y de ilusión...

—Disculpe, Aristóteles, pero se cree usted gracioso ¿no? ¡Basta ya con tanta frutita! Que nos van a echar del garito.
—¡Le estaba esperando! No se ofenda, apreciado zagal, es que como soy de Macedonia… ¿Lo pilla? Macedonia…frutas…

—¡Camarero...!
—¡Qué!
—¡Una de "uva"!
—¿Una de "uva"?
—Uva María se fue, buscando el sol en la playa...

—Lo pillo, lo pillo. El famoso estagirita.
—Aristóteles, si no le molesta. Hijo de Nicómaco, padre de Nicómaco.
—Me recuerda usted a Russell Crowe en Gladiator. 
—¿A quién? 
—Es indiferente. Yo soy Jesús, Chus para los amigos, un placer. Nicómaco me decía… 
—Bueno, de hecho, se llamaban Nico, pero claro, Nico maco, fes—li un petó a la teva mare, Nico maco, saluda als avis. Pues se quedó en Nicomaco.
—¿¡Familia de catalanes!? ¿Antes de nuestra era? Extrañamente llamativo… Es usted filósofo, científico, polímata…
—¿Polímata? El tabaco mata, la poli está para ayudar.
—Creo que es un tema que mejor no abordar en horario infantil.
—Tiene usted razón. ¿Qué me decía? ¿Polímata? Desconozco el término.
—Polímata, dícese de aquella persona con grandes conocimientos en diversas materias científicas o humanísticas.
—Ese soy yo. Lo ha clavado usted.
—Claro, como me llamo Jesús, ¿no?
—No le entiendo. ¿Qué Jesús?
—Es igual, un chascarrillo del futuro; pero hablemos del pasado. Decía polímata porque abordó usted temas tanto éticos, como estéticos, filosóficos, de astronomía, física… Lamentablemente escasean personas así. Lo sabía usted todo… igualito que un concursante de un reality de Tele5. Solo le faltó escribir un libro de cocina.
—Así es, pero si no le molesta me gustaría destacar otras de mis muchas cualidades…
—Ya veo de quién sacó tanta humildad su famoso discípulo… Porque fue usted maestro de Alejandro Magno, “el grande” ¿Verdad? Por cierto, ¿quién le puso ese apodo? ¿O no me diga que era argentino?
—No sé qué es argentino, pero si no le molesta volvamos a hablar de mi. Sí, fui maestro de Alex, Alejandro Magno, y Platón fue mi gran maestro, pero yo, yo…
—Usted…
—Yo te amo, con la fuerza de los mares, yo te amo con el ímpetu del viento…
—Le agradezco esta declaración de amor tan sorpresiva. Lamento decirle que estoy casado.
—Bien, al menos lo he intentado. La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas. Prosigo. Yo… soy el padre de la biología. Como hijo de médico en la corte real, me educaron en la observación, la experiencia, el amor por las ciencias naturales. Descubrí centenares de especies. Los seres animados, los seres vivos, son aquellos que tienen ánima, alma, fuente de vida. Y por ende existen tres tipos de almas, la vegetativa, de las plantas, la sensitiva, propia de los animales, y la racional, característica de los humanos. 
—Suena lógico. 
—Así es, soy muy grande. La lógica también es cosa mía. Aquello de «todos los humanos son racionales, los griegos son humanos, los griegos son racionales». La deducción. Es mío.
—Racionales todos, sí…Mas no se venga arriba estimado Aristóteles. Le aseguro que también cometió usted algún que otro error.
—¿Error? ¿A qué error se refiere? Ilumíneme cual sol en el cielo girando a nuestro alrededor. 
—Justamente a eso me refería. Que se ve que no, que es el sol el centro alrededor del cual giran los planetas como el nuestro.     
—Claro, y ahora me dirá usted que la tierra gira…
—Así es, con dos movimientos, rotación y traslación. Científicamente comprobado. Pero no se preocupe, también acertó en ciertas predicciones. Nuestro planeta tierra es redondo.
—Eso ya lo dije yo, tras observar la sombra redonda de nuestro planeta proyectada en los eclipses lunares. La tierra es redonda. Como suelo decir, nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella.
—No se preocupe por haberse equivocado, lo importante es participar. Aunque sea en la Europa League…
—¿Y usted por qué llora ahora? 
—Disculpe, cosas de ser culé.  Dice usted que todo tiene un objetivo, o finalidad, actualizar nuestras potencias. Que la naturaleza no hace nada en vano. ¿Cuál es su objetivo, su potencia, su sueño no cumplido, si se puede saber?
—La felicidad; léase, acabar esta entrevista; me está entrando hambre. 
—Váyase por donde ha venido. No le olvidaré nunca. 
—Saber es acordarse. Y todo hombre por naturaleza desea saber.
—No lo creo, pero dios le oiga. Y Dios le bendiga.
—¿Cuál de ellos?
— Polímata y politeísta. Es usted único. Hasta pronto.