Tita, no me gustan las ciencias

Portada móvil

Tita estaba enfrascada en entender su estudio sobre alergias. Su mesa estaba abarrotada de papeles, dibujos, colorines, numerosos libros y artículos científicos llenos de gráficas. En la pantalla de su ordenador portátil centelleaban decenas de pestañas de páginas web abiertas, con imágenes de células, órganos y cuerpos humanos.

TEXTO POR CELIA ARROYO-LÓPEZ
ILUSTRADO POR MARIBEL PORTELLANO SORIANO
ARTÍCULOS | KIDS
CIENCIA | EXPERIMENTOS | KIDS
31 de Mayo de 2023

Tiempo medio de lectura (minutos)

Los gatos se paseaban por teclado o metían el hocico en el café frío de la taza, cada vez que Tita quitaba los ojos de su ordenador o de la mesa.  

La semana había sido complicada. El moño enmarañado de su pelo daba cuenta de sus intensos días. Escribir memorias, proyectos y artículos, pagar facturas…

Con tanto lío, Tita no se dio cuenta de que Coco acababa de entrar a la habitación y que la observaba con los ojos abiertos como platos, mientras los gatos sacaban el hocico de la taza y miraban a Coco con curiosidad.

—Tita, ¿qué son esas bolitas? —preguntó Coco, señalando a la portada de un libro de inmunología.

Coco es una niña curiosa. Desde que descubrió la lupa de su abuelo, se dedica a mirar todas las cosas pequeñas que encuentra: las líneas de las yemas de sus dedos, los pulgones de las plantas de la abuela o las fibras de la tela de su pantalón.

—Son linfocitos, Coco —respondió Tita, saliendo de su letargo—. Son como soldaditos.
—Ahhh… y ¿para qué sirven?
—Pues… —meditó Tita— ¡son nuestros ayudantes!  Nos protegen frente a pequeños organismos que pueden hacernos daño, aunque, a veces, se ponen nerviosos y atacan algunas cosillas que no son peligrosas. ¿Recuerdas que mamá moquea cuando está cerca de los gatos?
—Sí, por eso no puedo tenerlos en casa…  —respondió Coco con resignación.
—¡Pues ahí lo tienes! Estos soldadillos se han puesto en alerta y, bueno… la cosa no era para tanto, pero ellos no lo saben. Así que mamá moquea y se le ponen los ojos colorados.
—Ay, Tita, ¿y tú cómo sabes tantas cosas? —preguntó asombrada.
—Bueno, Coco, desde hace muchos años hay personitas curiosas como tú. Quieren entender el mundo, el cuerpo, los animales, las plantas, el sol, el viento… son los científicos y científicas. Lo que nosotros sabemos ahora y aceptamos sin dudar, lo descubrieron ellos hace años y lo tuvieron que demostrar. Así que ahora, nos toca a nosotras seguir construyendo conocimiento y descubrir más cosas.
—¡Cómo los linfocitos y las alergias! —dijo Coco.
—¡Eso es! —exclamó Tita—, como los linfocitos y las alergias. Las mariposas, el suelo, los bichos, el…
—¡¡¡¿Los bichos?!!!
—Síííí, los bichos también... —replicó Tita.
—¡Qué asco dan los bichos,Tita!
—Nooo… Coco, los bichos no dan asco. Solo son diferentes. Son muy importantes para que los árboles den frutos, para la polinización, para nutrir nuestros suelos… ¿sabes? Y también son el alimento de otros animalillos como las salamanquesas de casa de la abuela, los murciélagos, …
—¡¡Ay!! Otro bicho feo el murciélago... —se quejó Coco.
—No, Coco, no es feo. Solo es… ¡diferente! ¡Y tienen un papel muy importante en la naturaleza! Cuando vuelan por la noche, se dedican a atrapar insectos, como los mosquitos, para que no te piquen —le respondió mientras le hacía cosquillas en la barriga—. Por eso tienen esas orejas tan grandes, para orientarse en la oscuridad por el eco.
—Ya veo, Tita, que hay muchas cosas curiosas que sabes. ¿Y por qué la gente piensa que todos esos bichos son feos y repugnantes? ¿No saben lo importantes que son? —preguntó de nuevo Coco.
—Bueno… —respondió Tita—, algunos lo saben y otros no. Por eso tenemos que explicarles lo valiosas que son las ciencias para entender todas estas cosas.
—Ya, pero en el cole todos dicen que las ciencias son difíciles, que hay que estudiar mucho y que son complicadas de entender. Así que… creo que no me gustan… —confesó Coco
—¿Ah sí? —preguntó Tita alucinada—. ¿Tú también crees que son complicadas?
—Sí —respondió Coco con rotundidad.

Tita miró a Coco con dulzura. Se arregló el pelo revuelto, dejó a un lado el ordenador, los papeles y los libros, se levantó de su silla de despacho giratoria y exclamó: «¡Venga! ¡Directas a la cocina! ¡Necesitamos una reunión de laboratorio IN-ME-DIA-TA! Vamos a preparar la merienda y hablamos del tema. Hornear unas ricas magdalenas nos ayudará a tener las cosas más claras».

Coco arqueó sus cejas sorprendida, pensando para sí: «Esta Tita… Siempre con sus locuras, ¿qué se le habrá ocurrido ahora?». Acompañó a Tita hasta la cocina seguidas por los gatos que acaban de activarse y presagiaban algo delicioso.

Tita sacó del armario el vaso preferido de Coco. Es de cristal grueso, con un asa y con una tapa agujereada para meter la pajita. Vertió leche y se lo acercó a Coco que comenzó a sorber, mientras Tita preparaba los ingredientes.

—¿Sabes, Coco? ¿Eso que haces con la pajita para sorber tu leche? Es parecido a lo que hace tu cuerpo gracias al diafragma, para que la sangre de tus piernas, pueda regresar al corazón.
—¡¡En serio!! —Coco empezó a soplar y sorber por su pajita, formando burbujas de aire en el líquido, para luego desaparecer.
—Sip —respondió Tita mientras pesaba la harina en la balanza—. Eso lo estudia la fisiología…

Coco comenzó de nuevo a soplar por su pajita y a hacer burbujas cada vez más grandes.

—Por favor, no juegues con la leche, Coco —dijo—. Ve y pesa doscientos gramos de azúcar de ese paquete de un kilo. ¿Crees que habrá suficiente?

Coco dejó su vaso a un lado, agarró el paquete y empezó a pensar en la escala de unidades que acababa de estudiar en la escuela. Sacó un papel del cajón de la cocina y empezó a dibujar la escalera de unidades que le habían enseñado:

—Kilogramos, centigramos, decigramos, gramos… —se decía para sí misma—. Aquí va el uno, luego el cero, otro cero… mmm y ahora necesitamos doscientos gramos 0… 2.. 0… 0... ¡¡¡Sííí!!! Tenemos suficiente.
—¡¡Buen cálculo matemático!! Bueno, entonces, después de las mates toca la química.
—¿Química? ¿Es eso de la magia las explosiones y el fuego?
—No, Coco —dijo Tita—. La química no es magia ni tampoco son explosiones y fuego. La química es ciencia y, por lo tanto, se puede explicar y escribir como una receta de cocina, de forma que cualquiera puede conseguir el mismo resultado si la siguen al pie de la letra. Con la levadura, por ejemplo, vamos a hacer una reacción química que produce burbujas de gas y que nos ayudará a que la masa de las magdalenas suba.
—¡Caramba, Tita!, ¡cuántas cosas sabes! Yo también quiero aprender todas esas cosas.

Tita guiño un ojo a Coco mientras terminada de batir los huevos y mezclarlos con el resto de ingredientes. Juntas vertieron la nueva mezcla en los moldes y los introdujeron en el horno con cuidado.

—Ahora vamos a esperar a que se libere el gas y los bollitos crezcan. Con el calor, los ingredientes se endurecerán alrededor de las burbujas del gas y tendremos unas deliciosas y esponjosas magdalenas. ¿Es magia? —preguntó Tita.
—¡¡NOOO, ES CIENCIA!! —contestaron las dos al unísono.
—¿Has visto, Coco? Hoy hemos hecho ciencia. ¿Sigues pensando que las ciencias son aburridas y complicadas?
—Pues claro que no, Tita. Creo que la ciencia está en todas partes. Incluso en… ¡Timi y Tuli! —respondió Coco, guiñando un ojo a Tita.

Los gatos movieron sus rabitos al escuchar su nombre. No entendían nada de nada.

—Eso es, ¡incluso en los gatos! Ja, ja, ja, ja —replicó Tita—. Venga, coge tu leche y vamos al salón.

Los cuatro se dirigieron al salón a la espera del ring del horno. Coco sorbió su leche mirando divertida a Tita.

—¡Mira, Tita! Como con la sangre de mis pies, ja, ja, ja, ja. Slurrrrrp —sorbió otra vez.

Las dos rieron mientras los gatos trataban de morderles los pies.

—Riiing —sonó el horno.
—Slurrrrrp —sorbió Coco.
—Prrrrrrr —hicieron los gatos.
—Yeah —gritó Tita.
—¿Es magia? ¡¡NOOO, ES CIENCIA!! —exclamaron las dos a la vez, mientras saltaban del sofá y se dirigían a la cocina. Los gatos menearon su cola, había llegado la hora de la merienda.

https://shop.principia.io/catalogo/historia-de-la-ciencia-espanola-juego-de-cartas/
Hitoria de la ciencia española

 

Deja tu comentario!