La vida de Ocho

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Los vencejos, esas fascinantes aves que parecen estar siempre en vuelo, son verdaderos maestros del aire y juegan un papel crucial en nuestros ecosistemas. Con su elegante silueta y asombrosa capacidad para pasar meses en el cielo sin aterrizar, los vencejos capturan la imaginación de cualquiera que los observe. Estas aves, que pueden recorrer miles de kilómetros en sus migraciones, contribuyen significativamente al control de insectos, actuando como un sistema natural de plagas. Sin embargo, los vencejos enfrentan amenazas que ponen en riesgo su supervivencia. La pérdida de hábitats, el uso indiscriminado de pesticidas y el cambio climático están afectando a sus poblaciones. Las construcciones modernas, que carecen de los huecos y grietas donde anidan, también representan un desafío para estas aves. Es crucial que aumentemos nuestra conciencia sobre la importancia de los vencejos y adoptemos medidas para protegerlos. Implementar prácticas de construcción amigables para las aves, reducir el uso de pesticidas y conservar sus hábitats naturales son pasos esenciales para asegurar su futuro. Al proteger a los vencejos, no solo estamos preservando una especie fascinante, sino también manteniendo el equilibrio ecológico y la salud de nuestro entorno.

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TEXTO POR CELIA ARROYO-LÓPEZ , ELIA ZAPICO GONZÁLEZ
FOTOGRAFÍA POR PAU ARTIGAS
ARTÍCULOS
VENCEJOS
15 de Julio de 2024

Tiempo medio de lectura (minutos)

Por Celia Arroyo-López, a mi padre.

Ocho planea en círculos oteando la ciudad. Busca con ahínco el nido del año pasado. Aquel donde nacieron sus tres polluelos. Algunos tejados han cambiado. Unos se han desplomado o tienen tejas nuevas y otros tienen paneles planos que los cubren. La ciudad se transforma cada año por la intervención humana.

Ocho empieza a preocuparse. Quizás su nido ya no esté. Ha sobrevolado un par de veces el edificio de siete pisos con techo plano. Algunos de sus amigos los han perdido. Los humanos los taparon o, simplemente, los destruyeron y ahora revolotean nerviosos sin saber dónde podrán anidar. Pese a los cambios, él y su pareja tienen una enorme suerte y lo encuentran. Parece que nadie eliminó su zona de nidada. ¡Qué alegría!

A Ocho y sus compañeros les gusta lo urbano. Son modernos urbanitas que residen en tu ciudad desde marzo a agosto, tragando insectos y aeroplancton. El aeroplancton lo forman pequeñas masas de artrópodos, semillas, bacterias, hongos, polen y esporas, que son transportados por el viento y sirven de buffet libre para algunos animales.

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡No! ¡Es un vencejo!
Ocho, es un vencejo común que ama las alturas. Vuela tan alto que desde el suelo podría parecerte una golondrina. Pero no lo es. Tiene las alas como las de un halcón. Son alas de alta velocidad con el extremo puntiagudo. Las plumas de su cola se dividen en dos, como una uve puesta del revés. Aunque es de color marrón oscuro, cuando lo tienes cerca puedes ver pequeñas plumitas blancas rodeando su pico y en la zona de la barbilla. Las plumas que cubren su cabeza son pequeñas y redondeadas con los bordes de color más claro. Parecen escamas de pez. Tiene cara de halcón por su lista superciliar o ceja, y brillantes ojos negros que se cierran con hermosos párpados que se mueven de abajo hacia arriba. Cuando cierra sus ojitos parece que te dice «me niego a comer, humana», con una gran dignidad. Aunque su pico es pequeño tiene un enorme bocón con el que atrapa deliciosas moscas, mosquitos y sorbitos de aeroplancton, por eso les llaman: ballenitas del aire.

Nacido para volar
Aunque su cuerpo es aerodinámico con musculadas alas, sus patitas son tan pequeñas y extrañas que la primera vez que las vi pensaba que eran deformes. Esto les impide caminar correctamente y se desplazan torpemente dando tumbos de un lado al otro, balanceándose. Por eso, su nombre científico es Apus apus, del griego «apoda» (sin pies). Por lo que lo suyo no es caminar, no, como las gallinas. Lo suyo es volar o, como poco, aferrarse a las paredes de edificios y rocas, gracias a sus potentes garras. Son pilotos-escaladores-zampa insectos de Primera División. No detienen su vuelo casi nunca, ni siquiera para dormir. Son tan intrépidos que lo hacen en pleno vuelo, durante solo unos breves segundos, son microsueños.

Desde hace meses, Ocho no se ha posado ni un solo momento, solo ahora que regresó a Toledo y está preparado para tener familia. Si no fuera por eso, estaría planeando todo el día. Es un infatigable e imbatible piloto «nacido para volar».

Cuando calienta el sol, pero quizás demasiado…
Cuando era pequeña, mi padre encontró uno caído en el suelo y lo trajo a casa. Fue la primera vez que vi uno de cerca. Ya era adulto porque estaba todo emplumado. Me explicó que estas aves no pueden arrancar el vuelo desde el suelo y que si caen no podrán valerse por sí mismas y morirán si no las ayudamos.

Pasaron más de veinte años, hasta que Ocho llegó a mi vida gracias a la Red de Vencejos de Toledo. Mucho se ha avanzado desde aquel primer pájaro que cuidamos. Ahora solo tienes que contactar con el 112 para que los Agentes Medioambientales y voluntarios de la Red acudan al rescate.

Cuando hace mucho calor, muchos de los pollos y jóvenes no pueden soportarlo y se lanzan desde el nido sin saber volar. Los progenitores no podrán alimentarlo y acabará muriendo. Con el aumento generalizado de la temperatura, algunos adultos también se desploman. Entonces, hay que hidratarlos, dejarles descansar y liberarlos usando la palma de tu mano como una pista de despegue.

Ocho era un polluelo…
…cuando fue rescatado. Era muy pequeñito. Apenas pesaba unos pocos gramos sin casi plumas. La mayoría estaban encerradas en cañones. Unas vainas protectoras que las cubren hasta que están bien formadas. Es entonces cuando se pierden trocito a trocito, y la pluma se despliega en su totalidad, resistente y hermosa. Durante su estancia en casa lo cebamos con larvas de escarabajos y grillos. Era un tragón incansable. Cuando por fin perdió sus cañones y ganó peso se colocó en posición vertical en modo escalador. Se aferró entonces a la caja de cartón y no paró de aletear hasta su liberación. Su único objetivo era fortalecer los músculos para iniciar el vuelo a África y no volver, jamás, a pisar tierra. No solo los humanos van al gym, como veis.

Desde entonces, Ocho vuela miles de kilómetros para pasar el inverno en África, pero regresa en primavera. Esta, es la única vez del año en la que detiene el vuelo y se posa. Aquí, en tu ciudad. Solo lo hace para incubar y alimentar a sus polluelos. Siempre retorna al mismo lugar. Es fiel a sus raíces. Aunque no logro identificarlo, quiero pensar que él me observa desde lo alto y escucha el agudo birí birí birí de los nuevos pollos y volantones que acojo. Deseo creer que también él los recibe cuando los libero y les da la bienvenida.

Contacta al 112 o a la Red Vencejos

Ahora que los conoces mejor, en los días de más calor, entre mayo y agosto, mira hacia el suelo. Si encuentras a alguno caído, recuerda que necesita tu ayuda para sobrevivir. Recógelo en una caja de cartón para que no lo pisen, atropellen o se lo meriende un minino. Dale algunas gotitas de agua. Deposítalas con suavidad en el extremo de su pico, pequeñitas para que no se ahogue.  Llama al 112, los Agentes Medioambientales lo recogerán y con ayuda de Red de Vencejos de tu localidad (la de Toledo en mi caso), los voluntarios los cuidaremos hasta ponerlos en libertad. A los que necesiten cuidados o trasplantes de plumas, los enviaremos al Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) para cuidados veterinarios. Sin tu ayuda y protección muchos no sobrevivirán.

Y si eres tan afortunado de tener un nido cerca de tu ventana, balcón o terraza, disfruta de su compañía sin tocarlo (y mucho menos destruirlo o taparlo).

Nota de la autora: Gracias papá por enseñarme un Vencejo por primera vez, a amar la naturaleza y tantas cosas que no caben aquí. Gracias por todo.

 

Artículos científicos:

—Hedenström A. et al (2016).  Annual 10-Month Aerial Life Phase in the Common Swift Apus apus, Current Biology, 26 (22), 3066-3070,
—Cusimano, C. A. et al (2016). Importance of meteorological variables for aeroplankton dispersal in an urban environmentItalian Journal of Zoology83(2), 263–269.

Libros:

—Hickman, C., Principios Integrales de Zoología. Ed. Iberoamericana-McGraw-Hill, (8ª Edición)

Webs y contactos:

—Red de Vencejos de Toledo: https://x.com/vencejosToledo
—Agrupación Naturalista Esparvel: http://esparvel.org
—Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI):  https://educacionambiental.castillalamancha.es/noticias/conoces-el-ceri
—SEO Birdlife:  https://seo.org/ave/vencejo-comun/

Principia Magazine Temporada 10. Episodio 1

 

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