Mariposas migrantes

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Relato finalista del certamen «Ciéncia-me un cuento» 2021. Organizado por SRUK/CERUK (Society of Spanish Researchers in the United Kingdom/).

TEXTO POR JULIETA MONTELONGO DE LA PARRA
ILUSTRADO POR LAURA VARELA
ARTÍCULOS | KIDS
MARIPOSAS | MIGRACIÓN | MIGRANTE
7 de Octubre de 2021

Tiempo medio de lectura (minutos)

Mariposa Monarca migra hacia el sur.
Mary Poza Montes migra hacia el norte.

¿Por qué migran?
¿Qué buscan?
¿Hacia dónde van?
¿Qué dejaron atrás?

Mariposa dejó atrás los campos de cultivo donde nació. Campos verdes, lagos que reflejan el color del cielo. Verde y azul era su mundo.
Mary Poza dejó atrás su pueblo tibio y oloroso a frutas, con pequeñas casas de adobe y alrededores arrugaditos de montañas. Pobre y caluroso era su mundo.

La vida de Mariposa comenzó redonda, una mañana de verano, sobre el verde afelpado de una hoja de «algodoncillo».
La vida de Mary Poza comenzó redonda también, una calurosa tarde veraniega, en el oscuro y suave vientre de su madre.

A los dos días, una larva pequeñita comió primero su propio huevo y, poco después, se convirtió en colorida oruga.
Nueve meses después, ante el asombro y felicidad de sus padres, Mary nació.

La misma hoja del algodoncillo en que nació, sirvió de alimento a la oruga que comía vorazmente y pronto triplicó su tamaño.
Al principio, Mary succionó leche de su madre. Más tarde se alimentó con atole, tortillas y frijoles.

La oruga construyó una bolsa y se metió en ella, se convirtió en crisálida. El día diez, ¡Salió transformada en una vibrante mariposa con un majestuoso diseño sobre sus alas!
Seis años después de su nacimiento, Mary se convirtió en una juguetona y vivaracha niña, que vestía con trajes de intensos colores.

Mariposa disfrutaba el calor de los tenues rayos de sol que se filtraban entre las ramas de los árboles.
Mary amaba sentir la humedad de la tierra bajo sus pies desnudos cuando corría por el monte.

Migrantes

Mariposa supo que era especial. Otras de su especie vivían solo cuatro semanas. Ella, y sus compañeras nacidas a finales del verano, vivirían mucho más tiempo, ¡hasta nueve meses! Tenían una misión diferente y extraordinaria… ¡Migrar!
Mary Poza supo que tendría una vida especial. Otras familias vecinas decidieron quedarse cuando un grupo de hombres armados llegó al pueblo y amenazó: «o nos pagan cuota por vender sus productos o los matamos». La familia de Mary, con miedo, tristeza y valentía decidió… ¡Migrar!

La despedida

Mariposa bebió por última vez néctar del algodoncillo donde nació e inició su viaje. Debía huir de las nevadas invernales y realizar un larguísimo viaje hacia el sur para reproducirse.
Mary Poza guardó en un morral a Juana, su muñeca de trapo, y un reboso. Se despidió de sus abuelos, tíos, primos y amigos, de su casa, sus piedras, sus montañas. Ella y sus padres iniciaron el viaje incierto hacia el norte.

Así es como Mariposa inicia su viaje hacia el sur. Huye del frío, de las gélidas nevadas invernales. Debe realizar un larguísimo viaje hacia para reproducirse y transportar el polen que recoge al alimentarse de néctar durante todo el trayecto.
Así es como Mary Poza inicia su viaje hacia el norte. Ella y sus padres huyen de la violencia y la pobreza. Quieren buscar otro sitio, una oportunidad para tener una vida mejor.

Migrar no es fácil

Mariposa enfrenta retos enormes. Durante el día vuela sorteando vientos contrarios, lluvias, tormentas, esquivando pájaros amenazantes que buscan devorarla.
Mary Posa camina silenciosa de la mano de su madre. En ocasiones el cansancio la vence y su padre la lleva en hombros. En otros momentos, extiende sus brazos y juega que vuela para que su imaginación la distraiga de sus pies adoloridos. Casi no hablan para evitar que la energía salga por sus bocas. Así cruzan ríos, suben montañas, se queman bajo un sol abrasador.

Constantemente, el miedo a perderse. Mariposa lleva el camino en la memoria de su cuerpo, pero donde antes había un bosque ahora hay campos de cultivos, donde había un llano ahora hay una ciudad con edificios altos y fábricas con humeantes chimeneas. Por momentos pierde el rumbo, luego llega exhausta a algún inhóspito lugar.
A Mary le tiemblan las piernas, se cubre los oídos para no escuchar cuando llegan a un poblado y algunas personas les gritan palabras que lastiman: «Váyanse de aquí», «Fuera, no los queremos», «Regresen a su país», «¡Largo!». Entonces, se siente triste, asustada, ya no tiene fuerza para continuar.

También hay momentos hermosos

Como cuando Mariposa y sus hermanas de vuelo llegan a una zona protegida, limpia, natural, que no ha sido dañada por personas, donde las aguas de los estanques aún son cristalinas y hay árboles centenarios para pasar la noche.
O cuando Mary y sus compañeros migrantes llegan a un albergue y personas generosas les ofrecen un lugar para dormir, les dan comida y les hablan con palabras amistosas y cordiales, sin esperar de ellos más que una sonrisa agradecida.

Zonas amigas

Después de cruzar una parte de Canadá, Estados Unidos y el norte de México, Mariposa y sus compañeras arriban a uno de los cinco santuarios que hay en Michoacán y el Estado de México. El bosque ha disminuido mucho su tamaño, pero hay personas que luchan por resguardar los árboles de pino, cedro y oyamel donde las mariposas llegan cada año.
Después de dejar Honduras, recorrer Guatemala y caminar por el sureste de México, Mary Poza y otros migrantes llegan a Michoacán. Hacen un alto en su camino en un albergue cercano a los santuarios de las Monarca. Para su suerte, hay organizaciones que fundan albergues para ofrecerles cobijo a los migrantes.

Encuentro

Mariposa inventa giros en su vuelo, va y viene en un revoloteo eufórico, al agitar sus alas produce un sonido shhhhhhhhhh. Posa su ligero cuerpo sobre la piel morena del brazo de una niña.
Mary Poza la contempla embelesada. Casi evita respirar para que aquel frágil ser permanezca con ella. Se maravilla con el naranja y negro de sus alas. Y aunque hay miles de mariposas similares, la que posa en su brazo le parece única.

Mariposa agita sus alas como si aplaudiera el encuentro.
Mary escucha el sonido del aleteo como si fuese un canto.

Juntas realizan una danza de celebración por la vida.

Mariposa se prepara para hibernar, que es como poner en pausa su vida. En la memoria de su cuerpo encuentra el mismo árbol en que estuvieron sus antepasados, mariposas provenientes de distintas partes de Estados Unidos y Canadá. Con sus compañeras forman enormes racimos. Ahora se mueven lo menos posible y así permanecen durante cinco meses. Aún hibernando no está fuera de peligro. Algún animal puede devorarla.
Mary y sus padres pasan unos días en el albergue. La comida y el buen trato que les proporcionan les permite recobrar fuerzas para continuar el viaje. Desde lejos observa aquellos árboles disfrazados con miles de ramilletes vivos que los pintan de colores.

Llega el mes de marzo, Mariposa vuelve a revolotear, busca una pareja para aparearse y reproducirse. Bebe agua y néctar de las flores y se preparara para su viaje de regreso.
El grupo de migrantes con el que viaja Mary consigue un transporte que los lleva durante un tramo del recorrido. Viajar sobre un camión de redilas es mucho más confortable que a pie. El viento pega en su rostro y sacude alocadamente sus trenzas.

Mariposa inicia el viaje de regreso. Desanda el mismo camino que la trajo al centro de México. En su trayecto, deposita huevecillos que con el tiempo se convertirán en nuevas mariposas de su especie.
Mary Poza y sus padres llegan a un albergue en la frontera norte de México. Aprenden a ser pacientes y a esperar una oportunidad para cruzar a Estados Unidos.

Mariposa continúa su viaje hacia el norte. Por supuesto, para ella no existen las fronteras que los seres humanos han marcado entre los países. Busca sitios amigables para descansar y recuperarse de las horas de intenso vuelo y busca relevos para que continúen su viaje.
Al igual que Mary Poza y sus padres, muchos migrantes han solicitado un permiso para entrar como refugiados al país del norte. Les solicitan papeles que no tienen, les piden dinero que no poseen. Continúan esperando.

Los descendientes de Mariposa llegan por fin a su lugar de origen…
Mary Poza continúa esperando…

 

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